Feliz Navidad
Joyeux Noël, Feliz Natal, Buon Natale, Frohe Weihnachten, Merry Christmas, Selamat Hari Natal, Vrolijke Kerstmis, Bo Nadal, Bon Nadal, Bones Navidaes, Zorionak, God Jul, Schéi Chrëschtdeeg, ...
Vuelta a América
Solo pude dormir unas dos o tres horas, así que estoy medio arruinado. La comida fué la peor y la película Rey Arturo.
Vine charlando con un parisino y su esposa, en inglés. Se iban para Ushuaia; desde donde viven en Francia, por tren al aeropuerto de París, luego a Madrid para volar hasta Buenos Aires, Ezeiza. De ahí salían para Santiago (de Chile) y combinaban para llegar a Punta Arenas. Estamos hablando de 1, 2, 3, 4, 5 y quizás 6 conexiones entre distintos transportes. Más de un día de viaje en total. Trekking.
El tipo estaba llevando un diario con el viaje, me hizo acordar a mí. Después le dije. El verá el glaciar.
Lo más loco del viaje: el aviso de que Luis Majul tiene su blog, en la revista de aerolíneas.
Vine charlando con un parisino y su esposa, en inglés. Se iban para Ushuaia; desde donde viven en Francia, por tren al aeropuerto de París, luego a Madrid para volar hasta Buenos Aires, Ezeiza. De ahí salían para Santiago (de Chile) y combinaban para llegar a Punta Arenas. Estamos hablando de 1, 2, 3, 4, 5 y quizás 6 conexiones entre distintos transportes. Más de un día de viaje en total. Trekking.
El tipo estaba llevando un diario con el viaje, me hizo acordar a mí. Después le dije. El verá el glaciar.
Lo más loco del viaje: el aviso de que Luis Majul tiene su blog, en la revista de aerolíneas.
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Segovia Tour
Destino la antigua ciudad de Segovia, en la Comunidad de Castilla y León.
Fuí para ver el acueducto romano casi exclusivamente, encontré más para ver.
El acueducto está ahí en medio de la ciudad. Luce tan viejo como se dice que lo es.
Encontré el típico castillo medieval en el Alcázar de Segovia, con las torres, la fosa y el puente retráctil; quizá alguna vez fué puente levadizo. A lo largo de su existencia el sitio fué fortaleza y palacio real, me resultó imperdible.
Dentro de las habitaciones para visitar hay algunos cuadros, armaduras y armas antiguas (espadas, ballestas, etc.).
La vista que se tiene desde arriba es impresionante.
Segovia también tiene Plaza Mayor, la Catedral, las casas de portones decorados por el deterioro y muchísimos restaurants. Aproveché para comer el famosísimo cochinillo de Segovia y de entrante, judías al estilo local también.
El día estaba muy bien, dicen que suele hacer frío pero yo no me llevé esa impresión.
El tren regional pasa por una estación con un nombre curioso: Collado.
Fuí para ver el acueducto romano casi exclusivamente, encontré más para ver.
El acueducto está ahí en medio de la ciudad. Luce tan viejo como se dice que lo es.
Encontré el típico castillo medieval en el Alcázar de Segovia, con las torres, la fosa y el puente retráctil; quizá alguna vez fué puente levadizo. A lo largo de su existencia el sitio fué fortaleza y palacio real, me resultó imperdible.
Dentro de las habitaciones para visitar hay algunos cuadros, armaduras y armas antiguas (espadas, ballestas, etc.).
La vista que se tiene desde arriba es impresionante.
Segovia también tiene Plaza Mayor, la Catedral, las casas de portones decorados por el deterioro y muchísimos restaurants. Aproveché para comer el famosísimo cochinillo de Segovia y de entrante, judías al estilo local también.
El día estaba muy bien, dicen que suele hacer frío pero yo no me llevé esa impresión.
El tren regional pasa por una estación con un nombre curioso: Collado.
Cine con doblaje
Ayer compré una entrada para el cine, pensé que saldría menos por 'el día del espectador' (todos los miércoles) pero salío lo mismo; en letra más pequeña, debajo de 'el día del espectador' decía '(excepto días festivos)' y era un día festivo. A pesar de aquello, el cine es relativamente más barato de que lo que lo es en Buenos Aires.
Fuí a ver 2046, la versión original es en chino, con alguna que otra parte en japonés.
Escuché que también hay algunos cines -una minoría exclusiva- con subtítulos, pero no los busqué, quería ver que pasaba.
Al final no fué para tanto, debe ser que al estar escuchando español de España no me resulta tan chocante. Y por lo menos, las partes en japonés no estaban dobladas, como correspondía, porque no era el idioma principal de la película; tampoco tenían subtítulos.
La película me gustó.
http://www.2046.jp/
Fuí a ver 2046, la versión original es en chino, con alguna que otra parte en japonés.
Escuché que también hay algunos cines -una minoría exclusiva- con subtítulos, pero no los busqué, quería ver que pasaba.
Al final no fué para tanto, debe ser que al estar escuchando español de España no me resulta tan chocante. Y por lo menos, las partes en japonés no estaban dobladas, como correspondía, porque no era el idioma principal de la película; tampoco tenían subtítulos.
La película me gustó.
http://www.2046.jp/
El Escorial Tour
De nuevo el tren, esta vez desde la estación Chamartín de Madrid. El tren de cercanías atraviesa una zona urbana en las afueras del centro y luego áreas boscosas, que no había visto antes. El final del recorrido se encuentra en la base de la montaña, se pueden ver sierras nevadas en la cima.
Referido como Palacio Real de El Escorial o simplemente El Escorial, es un complejo de muchos edificios, su nombre oficial es Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial. Contiene palacio, basílica, monasterio, panteón, biblioteca y le agregaron salas de museos de pintura y arquitectura.
Hay varias cosas interesantes para ver, entre lo que más me llamó la atención están los relojes de sol cerca de las ventanas, los mapas antiguos de América, el panteón de los reyes; y pinturas, bordados copias de otros más famosos, grandes copias. En El Escorial estaban originalmente las pinturas del Bosco que ahora están en el Museo del Prado y en el primero, hay más que siguen esa misma línea.
Como siempre, están los puntos y sectores marcados 'en reparación, restauración'. La entrada era gratuita para los miembros de la Unión Europea. Sentía ganas de verlo en su pleno esplendor, sin los cartelitos de visita, en el recorrido hay un montón de puertas cerradas. El frío que tiene que hacer en pleno invierno debe ser indescriptible.
La ciudad alrededor es extremadamente tranquila, por suerte llegué antes que decidieran decorarla para navidad. Todo está hecho de piedra o así lo parece. La vista es lo mejor que hay.
Referido como Palacio Real de El Escorial o simplemente El Escorial, es un complejo de muchos edificios, su nombre oficial es Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial. Contiene palacio, basílica, monasterio, panteón, biblioteca y le agregaron salas de museos de pintura y arquitectura.
Hay varias cosas interesantes para ver, entre lo que más me llamó la atención están los relojes de sol cerca de las ventanas, los mapas antiguos de América, el panteón de los reyes; y pinturas, bordados copias de otros más famosos, grandes copias. En El Escorial estaban originalmente las pinturas del Bosco que ahora están en el Museo del Prado y en el primero, hay más que siguen esa misma línea.
Como siempre, están los puntos y sectores marcados 'en reparación, restauración'. La entrada era gratuita para los miembros de la Unión Europea. Sentía ganas de verlo en su pleno esplendor, sin los cartelitos de visita, en el recorrido hay un montón de puertas cerradas. El frío que tiene que hacer en pleno invierno debe ser indescriptible.
La ciudad alrededor es extremadamente tranquila, por suerte llegué antes que decidieran decorarla para navidad. Todo está hecho de piedra o así lo parece. La vista es lo mejor que hay.
Cultura del Jamón
Museo del Jamón, Emporio del Jamón, Paraíso del Jamón, Palacio del Jamón.
Adiviná: ¿qué venden?
Adiviná: ¿qué venden?
De tapas
Anoche fuí a tomar unas cervezas por Madrid. Salí de tapas como dirían. Néstor me había dicho que hay una historia tras las tapas y empecé a preguntar por ahí. De varias fuentes salen varias historias, la única historia es así: hubo una época en que el consumo de alcohol era desmedido y brutal, para evitar esto, un Rey dispuso que todos los puntos de venta de alcohol incluyeran algo para acompañar la bebida, así el alcohol no les subía tan rápido a la cabeza. El plato acompañaba la copa y la tapaba (para que no entren cosas, bichos y eso). Néstor me pasó más sobre la historia.
Acompañé las cañas con unas tostas, que son grandes rodajas de pan tostado con carne, pollo, marisco, queso, salsas, de todo. Muy ricas. Vino una con gulas, que son angulas (crías de anguilas) artificiales hechas con pasta de pescado. Las verdaderas son muy caras por lo visto. Los lugares en los que anduve están bien, muy decorados y cómodos. Quizá no son tan design como en Buenos Aires.
Acompañé las cañas con unas tostas, que son grandes rodajas de pan tostado con carne, pollo, marisco, queso, salsas, de todo. Muy ricas. Vino una con gulas, que son angulas (crías de anguilas) artificiales hechas con pasta de pescado. Las verdaderas son muy caras por lo visto. Los lugares en los que anduve están bien, muy decorados y cómodos. Quizá no son tan design como en Buenos Aires.
Frutero
Fuí de compras al supermercado y decidí que quería ver como eran las frutas que venden acá, -como hubiera hecho Noé con su arca- compré dos frutas de cada tipo. Las pasé por la máquina, en la sección verdulería se confía en la buena fé del comprador, porque es uno mismo quien opera la balanza; elige el código de fruta, pesa, imprime y pega los tickets. Pagué y me las llevé.
En la cocina corté cada una, como lo creía correcto. La primera víctima fue la granada, por fuera parece un pomelo de piel muy fina y por dentro un pomelo rojo oscuro. La granada es una fruta muy jugosa, me llevó a recurrir a un plato, lo que trae adentro son semillas rodeadas de pulpa en pequeñas cápsulas, tipo lo que hay adentro de cada gajo de la mandarina. El sabor está muy bueno.
Siguiente, la chirimoya, una fruta verde y blanca por dentro, semillas negras brillosas y muy duras. Es muy cremosa y terminé usando una cuchara, el sabor se parecía al del pochoclo de cine.
Luego el kaki, por fuera es brillosa y anaranjada como algún tomate podría serlo, la forma es la de un tomate perita grande, adentro parece un durazno y tiene un sabor parecido a ese pero no tan dulce, la cáscara que parecía de tomate resultó ser como la piel más fina de una naranja.
Para el fin necesitaba un hacha, sólo a un demente se le ocurre comer un membrillo al natural y como tal, lo hice. Es una roca, como madera, una mezcla de una manzana, una pera y un coco. El perfume del membrillo me gustó, el sabor ya lo conocemos todos.
En la cocina corté cada una, como lo creía correcto. La primera víctima fue la granada, por fuera parece un pomelo de piel muy fina y por dentro un pomelo rojo oscuro. La granada es una fruta muy jugosa, me llevó a recurrir a un plato, lo que trae adentro son semillas rodeadas de pulpa en pequeñas cápsulas, tipo lo que hay adentro de cada gajo de la mandarina. El sabor está muy bueno.
Siguiente, la chirimoya, una fruta verde y blanca por dentro, semillas negras brillosas y muy duras. Es muy cremosa y terminé usando una cuchara, el sabor se parecía al del pochoclo de cine.
Luego el kaki, por fuera es brillosa y anaranjada como algún tomate podría serlo, la forma es la de un tomate perita grande, adentro parece un durazno y tiene un sabor parecido a ese pero no tan dulce, la cáscara que parecía de tomate resultó ser como la piel más fina de una naranja.
Para el fin necesitaba un hacha, sólo a un demente se le ocurre comer un membrillo al natural y como tal, lo hice. Es una roca, como madera, una mezcla de una manzana, una pera y un coco. El perfume del membrillo me gustó, el sabor ya lo conocemos todos.
Vuelta a Madrid
Volví en clase Turista; como no quedaba más lugar en 'No Fumador' terminé en el vagón del humo. Brutal, por suerte mi nivel de energía estaba bajísimo y dormí desde que me senté hasta que llegué a Atocha, Madrid. Cuando caminaba para el apart, sentía el adorable perfume en mi abrigo, en mi ropa, el cigarrillo me hizo acordar a alguien.
¡Qué viento hacía en esa caminata! no había nadie, nada en la calle. Tomé el recorrido corto, pero en subida. Con lo poco que me quedaba alcancé la habitación, el baño y luego la cama.
¡Qué viento hacía en esa caminata! no había nadie, nada en la calle. Tomé el recorrido corto, pero en subida. Con lo poco que me quedaba alcancé la habitación, el baño y luego la cama.
La Giralda
La Catedral de Sevilla es inmensa quizá la más grande de toda España, fué construída en varias etapas y con distintos estilos, una especie de collage arquitectónico. Está adentro de un alcázar amurallado muy antiguo con calles de piedra y la típica ciudad laberinto alrededor.
Desde Sevilla siempre se puede ver La Giralda, una torre que sobresale en la catedral, imponente, se puede subir pero no subí. De noche le ponen luces para darle un toque dramático. Es una construcción famosísima, ahora estando en Madrid la veo en imágenes en todos lados.
En la catedral hay infinidad de detalles. Lo que más me llamó la atención son los relieves encima de los portones, muy interesantes.
Alrededor está lleno de bares, que a su vez estás llenos de gente. La gente llega hasta la calle y usa los autos de mesas -no sólo sus autos-. Se puede ver fácil cual es el bar con el mejor precio por la multitud apretada en torno al lugar.
Dicen que en Sevilla hay más bares que en toda Europa. Dicen que en Madrid hay más bares que en toda Suiza.
Desde Sevilla siempre se puede ver La Giralda, una torre que sobresale en la catedral, imponente, se puede subir pero no subí. De noche le ponen luces para darle un toque dramático. Es una construcción famosísima, ahora estando en Madrid la veo en imágenes en todos lados.
En la catedral hay infinidad de detalles. Lo que más me llamó la atención son los relieves encima de los portones, muy interesantes.
Alrededor está lleno de bares, que a su vez estás llenos de gente. La gente llega hasta la calle y usa los autos de mesas -no sólo sus autos-. Se puede ver fácil cual es el bar con el mejor precio por la multitud apretada en torno al lugar.
Dicen que en Sevilla hay más bares que en toda Europa. Dicen que en Madrid hay más bares que en toda Suiza.
Sevilla Tour
Emepecé el recorrido buscando un mapa, cuando lo tuve busqué los lugares turísticos más importantes y arranqué. Lo primero fueron las ruinas de un acueducto en medio de la calle, después varias iglesias que había camino al río, el río Guadalquivir, los puentes que cruzan el río, la estación de autobuses, el Puente de Triana. La plaza de toros de Sevilla, la Torre del Oro.
Descansé un poco en una plaza y un sevillano me preguntó si estaba perdido, yo miraba mi mapa. Le dije que nó y me contó de algunos lugares para ver. Dijo algo curioso sobre Eva Perón, que le parecía muy linda pero no tanto como tal personaje de ahí, me olvidé el nombre. Me fuí para el centro.
El centro está lleno de naranjos y de naranjos con naranjas. Cada tanto cae una, los chicos y chicas juegan a la pelota. Se siente la naranja en el ambiente, el ambiente anaranjado; no deben tener problemas de deficiencias de vitamina C. Por lo que me han dicho -no lo comprobé- las naranjas esas son agrias.
Las calles se llenan de gente y en las veredas se instalan puestos que venden castañas asadas. Compré un conito de castañas asadas para acompañar el viaje, resultó que me gustan mucho. Llegué hasta la catedral y seguí hasta donde termina el centro. Cambié rumbo para la Plaza de España, pasé por algunas puertas y monumentos.
Ví el Palacio de San Telmo, después una esquina donde trataba de sacar una foto. Se acercaron dos chicos fumando marihuana y me preguntaron si filmaba la autopista (la 'carretera' dijeron), los miré, me reí y les señalé para donde sacaba la foto -el lado opuesto a la autopista- se rieron y saqué esa foto a poca luz. Llegué a la Plaza de España es una de las cosas más lindas para ver, pero esta vez estaba toda rota, el estanque seco y una torre en reparación. Di la vuelta para una plaza, un monumento con imágenes de Colón.
Volví al centro donde está la catedral, para darle una nueva mirada. Pasé por un cyber donde publiqué algo y baje fotos a un cd. Empecé a buscar hotel, recorrí mucha ciudad y no encontré nada. Copa Davis más semana con puentes, el lugar estaba más que lleno no podía encontrar nada. Decidí que pasaría la noche de bar en bar. Pasé por un cine y la que quería ver no la daban, pensé en ver cualquiera -o la peor- para dormir ahí, desistí, conociéndome me quedaría despierto viendo esa película. Volví al plan del bar.
A la noche veías al dealer en bici repartiendo las bolsitas.
Las sevillanas y los sevillanos siguen hasta muy muy tarde. Dormí muy poco.
El día después en Sevilla estuvo soleado, mucho sol y prácticamente conocía toda la ciudad, hasta los laberintos. Sin batería, sin fotos. Me quedé un rato sentado en el puente viendo el río, la ciudad estaba quieta en silencio, yo también.
Descansé un poco en una plaza y un sevillano me preguntó si estaba perdido, yo miraba mi mapa. Le dije que nó y me contó de algunos lugares para ver. Dijo algo curioso sobre Eva Perón, que le parecía muy linda pero no tanto como tal personaje de ahí, me olvidé el nombre. Me fuí para el centro.
El centro está lleno de naranjos y de naranjos con naranjas. Cada tanto cae una, los chicos y chicas juegan a la pelota. Se siente la naranja en el ambiente, el ambiente anaranjado; no deben tener problemas de deficiencias de vitamina C. Por lo que me han dicho -no lo comprobé- las naranjas esas son agrias.
Las calles se llenan de gente y en las veredas se instalan puestos que venden castañas asadas. Compré un conito de castañas asadas para acompañar el viaje, resultó que me gustan mucho. Llegué hasta la catedral y seguí hasta donde termina el centro. Cambié rumbo para la Plaza de España, pasé por algunas puertas y monumentos.
Ví el Palacio de San Telmo, después una esquina donde trataba de sacar una foto. Se acercaron dos chicos fumando marihuana y me preguntaron si filmaba la autopista (la 'carretera' dijeron), los miré, me reí y les señalé para donde sacaba la foto -el lado opuesto a la autopista- se rieron y saqué esa foto a poca luz. Llegué a la Plaza de España es una de las cosas más lindas para ver, pero esta vez estaba toda rota, el estanque seco y una torre en reparación. Di la vuelta para una plaza, un monumento con imágenes de Colón.
Volví al centro donde está la catedral, para darle una nueva mirada. Pasé por un cyber donde publiqué algo y baje fotos a un cd. Empecé a buscar hotel, recorrí mucha ciudad y no encontré nada. Copa Davis más semana con puentes, el lugar estaba más que lleno no podía encontrar nada. Decidí que pasaría la noche de bar en bar. Pasé por un cine y la que quería ver no la daban, pensé en ver cualquiera -o la peor- para dormir ahí, desistí, conociéndome me quedaría despierto viendo esa película. Volví al plan del bar.
A la noche veías al dealer en bici repartiendo las bolsitas.
Las sevillanas y los sevillanos siguen hasta muy muy tarde. Dormí muy poco.
El día después en Sevilla estuvo soleado, mucho sol y prácticamente conocía toda la ciudad, hasta los laberintos. Sin batería, sin fotos. Me quedé un rato sentado en el puente viendo el río, la ciudad estaba quieta en silencio, yo también.
Ave a Sevilla
Me levanté el sábado y fuí para Atocha, la estación de trenes. Fuí para la taquilla de Ave, los trenes de alta velocidad y compré un pasaje a Sevilla.
El precio del pasaje fue ochenta y tantos euros. En categoría preferencial porque de turista no había más lugar. No lo esperaba pero sirvieron almuerzo -es tipo un avión este tren y vá suficientemente rápido como para que las gotas que pegan en la ventanilla se deslizen horizontalmente, en lugar de en diagonal hacia abajo-. Paella sirvieron.
Ahora estoy en un cyber, 20 minutos 1,50 euros. Haciendo tiempo mientras descargan la memoria de la cámara a un cd, por 8 euros. No tengo donde dormir todavía, vamos a ver que encuentro.
Sevilla esta muy bien. Salvo un gran detalle, la Torre del Oro está siendo restaurada. Es una de las cosas típicas para ver. Listo.
Veré que hago. ¿Dormiré?
El precio del pasaje fue ochenta y tantos euros. En categoría preferencial porque de turista no había más lugar. No lo esperaba pero sirvieron almuerzo -es tipo un avión este tren y vá suficientemente rápido como para que las gotas que pegan en la ventanilla se deslizen horizontalmente, en lugar de en diagonal hacia abajo-. Paella sirvieron.
Ahora estoy en un cyber, 20 minutos 1,50 euros. Haciendo tiempo mientras descargan la memoria de la cámara a un cd, por 8 euros. No tengo donde dormir todavía, vamos a ver que encuentro.
Sevilla esta muy bien. Salvo un gran detalle, la Torre del Oro está siendo restaurada. Es una de las cosas típicas para ver. Listo.
Veré que hago. ¿Dormiré?
GPS
Quiero un gps bluetooth, a ver donde lo consigo. Estoy analizando las opciones para este fin de semana (lunes feriado), voy a terminar decidiendo y saliendo a último momento. Muy bien.
Diccionario Español - Argentino, Segundo tomo
Un renacuajo o mico, es un niño muy pequeño. (a un niño lo puedes llamar como quieras)
La almohadilla en el teclado en realidad el numeral.
Las agujetas son los dolores musculares cuando hacés actividad física. Para algún argentino despierto: ¿Cómo era esta palabra en Argentina? no me acuerdo.
El curro es el laburo. (acordando con el verbo currar, anteriormente citado)
La almohadilla en el teclado en realidad el numeral.
Las agujetas son los dolores musculares cuando hacés actividad física. Para algún argentino despierto: ¿Cómo era esta palabra en Argentina? no me acuerdo.
El curro es el laburo. (acordando con el verbo currar, anteriormente citado)
Recién llegué
Un vuelo tranquilo como el anterior, en el mismo asiento y con el de la derecha libre. Tan cómodo, pero no pude dormir, así que tengo bastante sueño. Cuando llegué a Barajas (el aeropuerto) no encontré a nadie. Esperé un rato y como no pasaba nada me fuí directo al apart. Mi habitación no estaba lista todavía y yo ando de ropa de avión -no dá para ir a trabajar en jogging-, por lo que terminé en un tercer lugar. Esperando otra vez.
Cosas del vuelo. Al final dan medias en aerolíneas, en los vuelos anteriores no las dieron y ahí queda el misterio. Luego de pedirle medias a la azafata -para ver que pasaba- y de su respuesta 'si, en un momento', entregaron un kit higiénico para todos los pasajeros. Ahí venían medias, cepillo dental, dentífrico.
Definitivamente hace frío en Madrid. Llovió ayer.
Me gaste la batería del móvil jugando y escuchando mp3. Cuando puse el sim de MoviStar fallé con el pin; bloqueado. Estoy usando una iMac con MacOS 9.1, al borde de la usabilidad elemental.
Cosas del vuelo. Al final dan medias en aerolíneas, en los vuelos anteriores no las dieron y ahí queda el misterio. Luego de pedirle medias a la azafata -para ver que pasaba- y de su respuesta 'si, en un momento', entregaron un kit higiénico para todos los pasajeros. Ahí venían medias, cepillo dental, dentífrico.
Definitivamente hace frío en Madrid. Llovió ayer.
Me gaste la batería del móvil jugando y escuchando mp3. Cuando puse el sim de MoviStar fallé con el pin; bloqueado. Estoy usando una iMac con MacOS 9.1, al borde de la usabilidad elemental.
Cuenta regresiva
Ya estoy dejando las cosas listas para salir, esta vez no me olvido los cables para bajar las fotos, ni los adaptadores, auriculares, bluetooth usb y demás. Tengo que acordarme de llevar el sim de MoviStar, aunque no debe tener más crédito ya. Los archivos que necesito ya están subidos. Llevo golosinas para el viaje, llevo hojas y lápiz.
La crema de afeitar no va a faltar. No llevo ropa de verano.
Las tarjetas que se van son las visas de crédito y débito, la de estudiante; las que se quedan son la de la obra social, la subtecard y
¿Qué me olvidaré?
La crema de afeitar no va a faltar. No llevo ropa de verano.
Las tarjetas que se van son las visas de crédito y débito, la de estudiante; las que se quedan son la de la obra social, la subtecard y
bondicard.
¿Qué me olvidaré?
La última foto en Europa
La saqué cuando viajaba desde Granada hasta Madrid. El cielo y la tierra, un paisaje espectacular, desde el asiento del bus.
Nuevo pasaje
Se acerca el momento, tendré que preparar ropa muy abrigada esta vez:
AEROLINEAS ARGENTINAS - AR 1136
MIE 01DEC BUENOS AIRES BA MADRID ES 1500 0640
PISTARINI BARAJAS 02DEC
DIRECTO TERMINAL 1 DURACION 11:40
VUELO NO FUMADORE
RESERVA CONFIRMADA- M ECONOMICO
A BORDO: CENA/DESAYUNO
TIPO DE EQUIPO:BOEING 747 ALL SERIES PASSENGE
ASIENTO 32A NO FUMADOR CONFIRMADO
AEROLINEAS ARGENTINAS - AR 1135
MIE 15DEC MADRID ES BUENOS AIRES BA 2220 0645
BARAJAS PISTARINI 16DEC
DIRECTO TERMINAL 1 DURACION 12:25
VUELO NO FUMADORE
RESERVA CONFIRMADA- H ECONOMICO
A BORDO: CENA/DESAYUNO
TIPO DE EQUIPO:BOEING 747-400
ASIENTO 39A NO FUMADOR CONFIRMADO
LOCALIZADOR(ES) AR/CNOLBQ
Pilar
Desde casa hasta el centro. Desde Capital hasta Pilar. En bicicleta. Recorrido: Avenida 9 de Julio, Avenida Del Libertador, Avenida Presidente Figueroa Alcorta, Avenida La Pampa, Avenida Del Libertador, Acceso Norte (Ruta 8).
Habrá una serie de publicaciones fuera del tema central, luego veré como lo organizo.
Habrá una serie de publicaciones fuera del tema central, luego veré como lo organizo.
Iberia Plus
Hoy me llegó la tarjeta y me acordé el momento en que me resgitré. Estaba en una cabina telefónica, ubicada en alguna de las terminales del aeropuerto Charles de Gaulle (CDG), en París. Tenía los minutos contados porque llamaba con una tarjeta con siete euros de crédito y para colmo la encuesta no terminaba más. Pero así y todo... la hice, de contento que estaba por haber conseguido ese pasaje de vuelta a Madrid. En el día que me quedé dormido. La carta está dirigida a un Sr. D. -- Señor Don, ¡qué tratos!.
Palacios Nazaríes
De lo más bello que ví, el Patio de los Leones en La Alhambra. Aunque me hubiese gustado verlo en pleno funcionamiento, con la fuente central completa -ya que por alguna razón, la parte superior ha sido desplazada- y con el ambiente de aquellas épocas. Es un lugar muy cautivante, con una atmósfera placentera y tranquila, dan ganas de estar y quedarse un buen rato.
En la versión orginal, el agua fluía por diversos canales y ductos, ganaba presión e impulsaba chorros de agua por las fauces de los leones y por la fuente en sus distintas etapas. También corrían vertientes por los cuatro caminos que convergían en el centro del patio, cada una partiendo de las habitaciones y entradas. La etapa o parte faltante de esta fuente, está en uno de los jardines, entre las torres de la fortificación, sola, como abandonada.
Para poder visitar La Alhambra tuve que cambiar mi pasaje de vuelta a Madrid, para el día siguiente, y luego, al perderlo, para unas horas mas tarde (si, lo terminé cambiando dos veces). Me arriesgué a no llegar al vuelo de vuelta a casa, ya que dejaba sólo una hora de espacio entre el embarque en Barajas y la llegada a Estación Sur, Madrid. Si el bus se retrasaba aunque se media hora... Por suerte no hubo problemas.
Un lugar más para resaltar, todo el patio es de marmól y como siempre aquí acompaña el sonido del agua circulando. El Patio de los Arrayanes, en el palacio de Comares; se reflejan los frentes decorados sobre la pileta central, a veces se perciben pececitos de colores muy vivos acecercándose a la superficie. El agua es verde oscura, como los árboles que la rodean, arrayanes. No pude evitar acordarme del Bosque de Arrayanes en la Patagonia, Argentina.
En la versión orginal, el agua fluía por diversos canales y ductos, ganaba presión e impulsaba chorros de agua por las fauces de los leones y por la fuente en sus distintas etapas. También corrían vertientes por los cuatro caminos que convergían en el centro del patio, cada una partiendo de las habitaciones y entradas. La etapa o parte faltante de esta fuente, está en uno de los jardines, entre las torres de la fortificación, sola, como abandonada.
Para poder visitar La Alhambra tuve que cambiar mi pasaje de vuelta a Madrid, para el día siguiente, y luego, al perderlo, para unas horas mas tarde (si, lo terminé cambiando dos veces). Me arriesgué a no llegar al vuelo de vuelta a casa, ya que dejaba sólo una hora de espacio entre el embarque en Barajas y la llegada a Estación Sur, Madrid. Si el bus se retrasaba aunque se media hora... Por suerte no hubo problemas.
Un lugar más para resaltar, todo el patio es de marmól y como siempre aquí acompaña el sonido del agua circulando. El Patio de los Arrayanes, en el palacio de Comares; se reflejan los frentes decorados sobre la pileta central, a veces se perciben pececitos de colores muy vivos acecercándose a la superficie. El agua es verde oscura, como los árboles que la rodean, arrayanes. No pude evitar acordarme del Bosque de Arrayanes en la Patagonia, Argentina.
Londres
Me parece que no voy nada, aparte de salir varias veces el precio normal, tengo dificultades para pagarlo con mi tarjeta.
Casi Londres
Porque falta la confirmación del débito en mi tarjeta. Ya hice la reserva; el viaje es desde Barajas, Madrid (MAD) hasta Gatwick, Londres (LGW). No doy más detalles porque todavía está todo en el aire. Las fechas complican mucho al que busca un buen precio, no creo haber conseguido el mejor precio tampoco. Gatwick esta bien, tiene un tren rápido -pero caro- que va desde el aeropuerto al centro. ¡Qué difícil va ser ver los precios en libras!, acostumbrado al peso. Todavía falta ver donde me voy a quedar y qué pienso elegir para ver.
Se complica
El tema de conseguir los pasajes desde Madrid a Londres de ida y vuelta, principalmente porque las tarifas son muy variables entre día y día; da cosa gastar el triple sólo por elegir ese día y no el anterior. En segundo lugar, algunos de los sitios que visité no aceptan pagos con tarjetas de credito que no sean del país origen del vuelo (España). Por último, cada hora que pasa hay menos plazas disponibles en los vuelos... el tiempo corre.
Planeando y preparando
Para el viaje a Londres, estoy pensando en tomarme un easyJet, tienen precios bajísimos para ciertas fechas (y hora). Pero usando las fechas que yo quiero, esos precios suben tres o cuatro veces, para nada gracioso. Voy a ver si
aerolíneasviene al rescate una vez más.
Una cita en el Muro
A Alahmar, el varón más insigne de la Casa de NASAR, fundador de la Alhambra. Porque sobrepujaste los límites del Tiempo y del espacio, haciendo palidecer todas las bellezas de la Naturaleza, al crear las maravillas de este Alcázar, para ceñir de gloria y de inmortalidad las divinas sienes de la Ciudad inconfundible y Única, recibe el homenaje conmovido de Granada y con él la admiración y respeto del Mundo, y el llanto de tus hijos desterrados que, aún en las soledades del desierto, a la luz de las estrellas, sueñan con el Paraíso de tus estancias encantadas.
No temas las injurias del Tiempo ni las veleidades de la Fortuna, porque tu ardor desmensurado se eternizó en el portento de estos recintos.
Podrán quedar ni aún las sombras de estos muros, pero su recuerdo, será siempre imperecedero, como único refugio posible del ensueño y del Arte.
Y entonces el último ruiseñor que aliente sobre el Mundo fabricará su nido y entonará sus cánticos, como una despedida, entre las ruinas gloriosas de la Alhambra.
F. Villaespesa
Puerta de Las Granadas Cuesta de Gomerez
Confirmado eurotrip 2.0
Así es, estaré de vuelta en Madrid dentro de un tiempo. Supongo que el Veranillo de San Miguel ha terminado y la temperatura estará mucho más baja.
Granada Tour
La idea que tenía de ir -usando un mapa marketinero gratuito que encontré por ahí- desde la estación hasta la boletería de La Alhambra y conseguir un ticket, era tan desquiciada como abstracta.
Obviamente, mi estado mental no me permitía ver este tema tan claro como lo veo ahora, venía cansado del viaje, de los viajes. La ignorancia a veces se confunde con el coraje.
Por lo que veía en el mapita, no estaba muy lejos, y de paso recorría la ciudad en la mañana. Llegaría con tiempo de sobra porque nadie se despertaría tan temprano.
Caminando hacia el centro pasé por una zona que me hacía acordar a algunos lugares del Gran Buenos Aires.
Lo primero que ví fué la Plaza de Toros de Granada, similar a las otras, pero sin tanto detalle o mantenimiento. Para verla me desvié un poco del camino que había armado.
Empecé a notar que en mi mapa muchas calles que cruzaba no aparecían, era la famosa trampa del mapa simplificado.
Le saqué unas fotos al lugar alrededor de la Plaza de Toros, las paredes próximas a la vereda estaban todas cubiertas de graffitis, de pinturas más bien. Algunas muy buenas, más tarde llegaría a la conclusión de que la ciudad está repleta de estas obras. Uno de los autores más famosos es el que firma como 'el niño de las pinturas' o 'sex', también agrega la dirección de su sitio web. Algunos de sus trabajos llegan hasta Barcelona dicen.
Siguiendo, entré en una capilla chiquita que tenía un aljibe peculiar, con una cruz hecha en metal y placa recordatorio, cerca de un área universitaria.
Pasé por la Facultad de Medicina y por suerte no me acordé de todo lo que dejé colgado en mi facultad antes de irme. Veía también una biblioteca adjunta a la facultad, justo al pasar por ahí, un par de Españoles me preguntaron si sabía donde estaba la biblioteca del campus, y les indiqué señalando el edificio al lado mío, el gran guía.
La zona se hacía más céntrica comercial, baja, sin shoppings y esas cosas, todo mezclado con árboledas y plazas; había bancos para sentarse como en Madrid. En definitiva, Granada me resultó una mezcla de Madrid, Toledo y Barcelona. Los precios en los mostradores son los más baratos que encontré en el viaje.
Ya me encontraba paseando por el centro de la ciudad, pasé por Capilla Real, Catedral de Granada; El Mausoleo de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) donde descansan sus restos; y llegué hasta la Plaza de los Reyes Católicos. Granada, previamente ocupada por los moros, fué conquistada por Reyes Católicos en el mismo año que Colón llegó a América. El nombre arábico de España era justamente Andalusia, en aquellos tiempos.
Obviamente, mi estado mental no me permitía ver este tema tan claro como lo veo ahora, venía cansado del viaje, de los viajes. La ignorancia a veces se confunde con el coraje.
Por lo que veía en el mapita, no estaba muy lejos, y de paso recorría la ciudad en la mañana. Llegaría con tiempo de sobra porque nadie se despertaría tan temprano.
Caminando hacia el centro pasé por una zona que me hacía acordar a algunos lugares del Gran Buenos Aires.
Lo primero que ví fué la Plaza de Toros de Granada, similar a las otras, pero sin tanto detalle o mantenimiento. Para verla me desvié un poco del camino que había armado.
Empecé a notar que en mi mapa muchas calles que cruzaba no aparecían, era la famosa trampa del mapa simplificado.
Le saqué unas fotos al lugar alrededor de la Plaza de Toros, las paredes próximas a la vereda estaban todas cubiertas de graffitis, de pinturas más bien. Algunas muy buenas, más tarde llegaría a la conclusión de que la ciudad está repleta de estas obras. Uno de los autores más famosos es el que firma como 'el niño de las pinturas' o 'sex', también agrega la dirección de su sitio web. Algunos de sus trabajos llegan hasta Barcelona dicen.
Siguiendo, entré en una capilla chiquita que tenía un aljibe peculiar, con una cruz hecha en metal y placa recordatorio, cerca de un área universitaria.
Pasé por la Facultad de Medicina y por suerte no me acordé de todo lo que dejé colgado en mi facultad antes de irme. Veía también una biblioteca adjunta a la facultad, justo al pasar por ahí, un par de Españoles me preguntaron si sabía donde estaba la biblioteca del campus, y les indiqué señalando el edificio al lado mío, el gran guía.
La zona se hacía más céntrica comercial, baja, sin shoppings y esas cosas, todo mezclado con árboledas y plazas; había bancos para sentarse como en Madrid. En definitiva, Granada me resultó una mezcla de Madrid, Toledo y Barcelona. Los precios en los mostradores son los más baratos que encontré en el viaje.
Ya me encontraba paseando por el centro de la ciudad, pasé por Capilla Real, Catedral de Granada; El Mausoleo de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) donde descansan sus restos; y llegué hasta la Plaza de los Reyes Católicos. Granada, previamente ocupada por los moros, fué conquistada por Reyes Católicos en el mismo año que Colón llegó a América. El nombre arábico de España era justamente Andalusia, en aquellos tiempos.
Viaje a Granada
Ya pasó tanto tiempo desde que fuí, casi no termino esta publicación. Pero bien, si la voy a terminar asi que sigamos con lo que ya es historia.
Al llegar de Orly París a Barajas Madrid, tenía que correr a toda velocidad para estar en la estación de autobuses y conseguir los pasajes. Usando las cintas transportadoras, escaleras mecánicas y el metro llegué con tiempo de sobra. Extrañaba esa facilidad de ir de un lado a otro que se tiene en Madrid.
Pedí mis reservaciones en la ventanilla y se imprimieron los boletos. El bus, esta vez era clase base, nada de clase eurobus a 60 euros. Vamos, un simple bus que costo 26 euros debía ser otra cosa... no fue así, resultó ser igual al eurobus. Ya sé para la próxima.
La idea de ir en bus incluía aprovechar el viaje para dormir, por suerte estaban la mitad de las plazas vacías, así que tenía espacio de sobra. Pero como siempre cuando viajo, no pude dormir, me quedé viendo por la ventanilla. ¿Qué veía si estaba todo obscuro?.
Antes de salir de la estación pasé por un supermercado chino y llené el stock para el viaje, el stock duró hasta que tomé el colectivo, había llegado con hambre. Hambre por haber esperado que los muchachos de Iberia me dieran algo para comer en el vuelo, no sucedió, o si sucedió pero tenía que pagar, poco comí entonces.
Mientras cenaba mis reservas, veía la pantalla de información con los horarios colgarse y mostrar la pantallita azul.
No me resistí y le saqué una foto que no logró captar la infamia de aquel monitor. Había gente, poca luz y dificultad; salió como salió.
Ya era hora de subir, dejé de dar vueltas y me senté en mi lugar. Antes de salir el "autocar" tenía que pasar por la Estación de Autobuses Sur (en Madrid), ahí se subió la otra mitad del pasaje y aún así, quedaba mucho lugar disponible. Permanecí sin acompañante y por suerte el indeseable lector de adelante no consiguió que su lámpara prendiera (se fué en búsqueda de otro asiento al fondo).
El resto del viaje sólo fue interrumpido por un descanso de media hora en algún parador en medio de la nada. El camino que recorrés para ir de Madrid a Granada es muy sinuoso, en extremo y no hay mucha luz en la autopista, sólo en algunos pasajes entre montañas; fué muy interesante haber hecho este viaje de noche, creo que por eso no me pude dormir como quería hacerlo.
El día -o más bien la madrugada del- 10 de octubre me encontraba en la estación de buses de Granada, que está bastante lejos del centro. Hacía muchísimo frío y afuera estaba todo obscuro. Me quedé esperando en el café hasta que amaneció.
Luego de esperar unas cuantas horas, pude ver el sol iluminando Granada y sentir que la temperatura aumentaba. Ahí decidí salir, aunque todavía fuese muy temprano.
Al llegar de Orly París a Barajas Madrid, tenía que correr a toda velocidad para estar en la estación de autobuses y conseguir los pasajes. Usando las cintas transportadoras, escaleras mecánicas y el metro llegué con tiempo de sobra. Extrañaba esa facilidad de ir de un lado a otro que se tiene en Madrid.
Pedí mis reservaciones en la ventanilla y se imprimieron los boletos. El bus, esta vez era clase base, nada de clase eurobus a 60 euros. Vamos, un simple bus que costo 26 euros debía ser otra cosa... no fue así, resultó ser igual al eurobus. Ya sé para la próxima.
La idea de ir en bus incluía aprovechar el viaje para dormir, por suerte estaban la mitad de las plazas vacías, así que tenía espacio de sobra. Pero como siempre cuando viajo, no pude dormir, me quedé viendo por la ventanilla. ¿Qué veía si estaba todo obscuro?.
Antes de salir de la estación pasé por un supermercado chino y llené el stock para el viaje, el stock duró hasta que tomé el colectivo, había llegado con hambre. Hambre por haber esperado que los muchachos de Iberia me dieran algo para comer en el vuelo, no sucedió, o si sucedió pero tenía que pagar, poco comí entonces.
Mientras cenaba mis reservas, veía la pantalla de información con los horarios colgarse y mostrar la pantallita azul.
No me resistí y le saqué una foto que no logró captar la infamia de aquel monitor. Había gente, poca luz y dificultad; salió como salió.
Ya era hora de subir, dejé de dar vueltas y me senté en mi lugar. Antes de salir el "autocar" tenía que pasar por la Estación de Autobuses Sur (en Madrid), ahí se subió la otra mitad del pasaje y aún así, quedaba mucho lugar disponible. Permanecí sin acompañante y por suerte el indeseable lector de adelante no consiguió que su lámpara prendiera (se fué en búsqueda de otro asiento al fondo).
El resto del viaje sólo fue interrumpido por un descanso de media hora en algún parador en medio de la nada. El camino que recorrés para ir de Madrid a Granada es muy sinuoso, en extremo y no hay mucha luz en la autopista, sólo en algunos pasajes entre montañas; fué muy interesante haber hecho este viaje de noche, creo que por eso no me pude dormir como quería hacerlo.
El día -o más bien la madrugada del- 10 de octubre me encontraba en la estación de buses de Granada, que está bastante lejos del centro. Hacía muchísimo frío y afuera estaba todo obscuro. Me quedé esperando en el café hasta que amaneció.
Luego de esperar unas cuantas horas, pude ver el sol iluminando Granada y sentir que la temperatura aumentaba. Ahí decidí salir, aunque todavía fuese muy temprano.
¿Madrid de nuevo?
Noviembre en España: es una pena, no voy a poder ir, por diversas razones y responsabilidades. Habrá más oportunidades, continuará...
Me voy a ver el eclipse.
Me voy a ver el eclipse.
Escape de París
Era domingo a la mañana, yo todavía dormido, tenía pensado pasar la tarde en Madrid; estaba en París en la habitación del hotel. De repente sonó mi despertador de emergencia, no sé si era la primera, segunda o tercer vez que tocaba. Le había pedido al tipo que atendía en el mostrador que -por favor- me levantara a toda costa, porque claro, hacía un día que no dormía y no creía despertarme por mí mismo. No lo hizo.
La receta de como perder un vuelo: no ser despertado a la hora correspondiente (las 8hs); despertarse tarde y querer darse los 20 minutos de gracia sobre la almohada; levantarse y desde la cama mirar un poco de tele para ver como son los canales en otro país; engancharse 20 minutos con algún programa; ducharse rápido para estar fresquito -estaba más lindo el día-; preparar las cosas y no saber a donde ir; encontrar de pedo (de pura suerte) la estación de tren y tener más suerte de que esté cerquísima; caminar unas cuadras mirando alrededor; tomar el tren, bajarse a la mitad por haberse equivocado, volver atrás con otro tren y retomar el correcto; llegar a la terminal de trenes del aeropuerto, tomar un bus de unos 30 minutos hasta el mostrador de información de la terminal y escuchar del empleado 'Usted ya perdió su vuelo hace 45 minutos'. Gracias... Sí, seguí esta lista al pie de la letra y obtuve el tremendo resultado.
Pero si el avión estaba ahí, por qué no lo puedo tomar? porque ya paso el tiempo de embarque. En la cola de información conocí a una pareja de Madrileños cuyo paradero era el mío. Habían llegado un poco más temprano pero preembarque ya estaba cerrado (claro, porque estaban en embarque, no se desperdicia personal y mas cuando es alquilado). No manejaban bien el inglés y nada de francés -me pregunté como sobrevivieron en París, luego les pregunté- fuimos a lo que sería la atención para pasajeros y nos dijeron -en castellano- que no habría vuelo de la empresa hasta mañana y que de todos modos, estaba completo.
Pensé en el árbol de soluciones, había varias opciones: esperar varios días al próximo vuelo; comprar otro pasaje de avión que esté próximo a salir; volver en algún otro medio de transporte -auto alquilado y manejado alguno de los Madrileños que seguro tendrían licencia habilitada (yo no)-; o volver en el tren que justo ví cuando andaba por la estacion de trenes del aeropuerto. Les dije a ellos que tenía un plan y me siguieron.
Fuimos al mostrador de Air France y le pedí a la mina que me diera el vuelo más cercano a París. Yo quería el precio, como en la verdulería, quiero saber el precio y después veo que hago. Me daba vueltas, me preguntaba cosas, me preguntó si era menor de 25 años -no analizaría esta pregunta hasta dentro de un rato, quiza crucial fueron esas palabras- y luego me diría el costo. Superior a 600 euros. Bueno no era una opción, ni para mí, ni para los Madrileños (una rama menos del árbol). Como dato curioso agregó que el vuelo ida y vuelta salía 500 euros (estamos todos locos?).
Los Madrileños parecían perdidos y les ofrecí una de mis soluciones. Me acompañaron a las oficinas de TGV, a un colectivo de distancia de donde nos encontrábamos. La que atendía era una francesita meticulosa que hablaba un inglés con acento raro (francés :). Apurándola, le pregunté qué tenía disponible para Madrid. Tenía un tren para dormir en el viaje a 122 euros, salía casi a las 20hs y llegaba a las 9hs y pico del otro día, no me convencía. Volví a consultarle por la disponibilidad de otro medio de transporte y me respondió: 'Leélo de mis labios: no hay otra manera de ir', macanuda. Los Madrileños tomaron esta opción inmediatamente y recibieron las instrucciones, porque era otra estación de la cual saldría el tren para Madrid, Austerlitz. Les dije 'chau, buena suerte' y volví en círculos mientras pensaba. Volví al mostrador y le pregunté si se podía comprar un pasaje y devolverlo (para cubrirme). Se podía pero retendrían un 20% sobre precio del ticket.
Volví para el aeropuerto, vería la posibilidad de cambiar el pasaje para luego devolverlo y de paso, ver si había alguna otra manera de ir en avión. Porque si llegaba al otro día, perdía el bus a Granada; quizá podría cambiarlo -pero no quería ponerle más dificultad a la cosa-. La que atendía fué muy amable, me dío mucha información, por lo visto Iberia también tenía vuelos, me dió los teléfonos. Volví al mostrador de Air France para preguntar, a la que me había atendido, por qué lo de los 25 años? si hubiese sido menor, el precio del vuelo era 125 euros, la diferencia abismal.
Traté de llamar a los números de Iberia que me habían dado, tenía mi celular pero estaba en modo roaming -sería caro- así que busqué un teléfono público, tampoco sabía si los números serían gratuitos en Francia, probé llamar de una. No pasaba nada. De vuelta en el mostrador, preguntando donde podía conseguir las tarjetas para llamar. Fuí al kiosko, 7 euros y tenía mi tarjeta. De vuelta en el teléfono, consulté por los vuelos salía uno en unas horas, pero desde otro aeropuerto del otro lado de París, Orly. El pasaje costaba también 600 euros... pensé en lo de los 25 años y le pregunté si había algo como aquello, había un precio para estudiantes, 124 euros. Pero tendría que certificar tal calidad, no tenía nada y había fallado en esto al intentar entrar al Louvre. Qué difícil!, de todos modos, le pedí el localizador de reserva.
El plan era ir hasta Orly y ver si conseguía el pasaje en avión. Tendría también el ticket de TGV como as bajo la manga, un as bastante caro, pero si me sobraba tiempo podría pasar por Austerlitz y devolverlo -el tipo (yo) realmente no tenía noción alguna de las distancias involucradas-.
Fui para otra terminal del aeropuerto (de nuevo en colectivo), para el mostrador de Iberia, estaba completamente vacío. Según alguien no habría actividad hasta las 17hs. De vuelta al teléfono público, le dije a la que atendió que en el aeropuerto no había nadie -yo quería saber si podia tomar el pasaje en categoría estudiante- me dijo que tenía idea; me arriesgué y compré el pasaje usando el código de reserva que obtuve en la llamada anterior. Tuve que usar la tarjeta. Para el momento tenía dos pasajes para Madrid. Había gastado 7+122+124 euros extra... Antes de irme hice una cola que duró algunas horas para ver si podía cambiar el vuelo que perdí. Fué en vano, era un vuelo perdido sin recambio. Plata y tiempo quemados. A la estación de trenes.
Compré un pasaje abierto para todo el día, para poder cambiar el pasaje de TGV, el ticket París Visite, 17 euros más. Ahora estaba con el tiempo justo, tenía que atravesar todo París para llegar a Orly, y tomar el vuelo que salía a las 17hs. Orly era lejos. Me terminé recorriendo todo París en tren. Estaba mucho más alerta en la combinaciones, tenía el tiempo justo. Un francés me explicó lo de los trenes, hay varios trenes que pasan por el mismo lugar y van a distintos lados, uno tiene que fijarse cual viene en los paneles que andan por el andén.
El tiempo no estaba de mi lado y me pareció perder uno de los trenes. Todavía faltaría un colectivo más de la terminal de trenes de Orly al aeropuerto.
Corrí el último tramo, llegué al mostrador de Iberia y directamente dije: 'perdí el vuelo de las 17hs', porque cuando uno afirma ellos tratan de negar, trató pero no pudo.
Había perdido mi vuelo de emergencia! no era mi día: me desperté tarde, me confundí de tren, perdí el vuelo, perdí un tren, perdí plata, perdí otro vuelo, perdí el día en Madrid... pero tenía mi TGV bajo la manga y las esperanzas de otro vuelo.
Esta vez la fortuna me sonrío y conseguí cambiar el vuelo a las 19hs para Madrid (a las 23hs salía el bus a Granada) me dejaba tiempo para cenar. Todavía no estaba seguro de ser admitido como estudiante, no estaría seguro hasta haber pasado el preembarque al menos. Dí unas vueltas, aproveché la tarjeta de 7 euros para llamar a casa, los créditos se evaporaron a los 50 segundos.
Consulté, por si acaso, había un mostrador o local de TGV en el aeropuerto en el que estaba. Otra vez, con suerte y contradiciendo las palabras de aquella empleada 'macanuda', había una y pude devolver mi boleto; recuperé lo de la devolución, cargado a la tarjeta.
Sólo me quedaba esperar 45 minutos e hice eso. Pasé el preembarque y ya estaba en carrera. Al fin, por una grieta, pude escaparme de París.
Au Revoir París!
(Domingo 10 octubre)
La receta de como perder un vuelo: no ser despertado a la hora correspondiente (las 8hs); despertarse tarde y querer darse los 20 minutos de gracia sobre la almohada; levantarse y desde la cama mirar un poco de tele para ver como son los canales en otro país; engancharse 20 minutos con algún programa; ducharse rápido para estar fresquito -estaba más lindo el día-; preparar las cosas y no saber a donde ir; encontrar de pedo (de pura suerte) la estación de tren y tener más suerte de que esté cerquísima; caminar unas cuadras mirando alrededor; tomar el tren, bajarse a la mitad por haberse equivocado, volver atrás con otro tren y retomar el correcto; llegar a la terminal de trenes del aeropuerto, tomar un bus de unos 30 minutos hasta el mostrador de información de la terminal y escuchar del empleado 'Usted ya perdió su vuelo hace 45 minutos'. Gracias... Sí, seguí esta lista al pie de la letra y obtuve el tremendo resultado.
Pero si el avión estaba ahí, por qué no lo puedo tomar? porque ya paso el tiempo de embarque. En la cola de información conocí a una pareja de Madrileños cuyo paradero era el mío. Habían llegado un poco más temprano pero preembarque ya estaba cerrado (claro, porque estaban en embarque, no se desperdicia personal y mas cuando es alquilado). No manejaban bien el inglés y nada de francés -me pregunté como sobrevivieron en París, luego les pregunté- fuimos a lo que sería la atención para pasajeros y nos dijeron -en castellano- que no habría vuelo de la empresa hasta mañana y que de todos modos, estaba completo.
Pensé en el árbol de soluciones, había varias opciones: esperar varios días al próximo vuelo; comprar otro pasaje de avión que esté próximo a salir; volver en algún otro medio de transporte -auto alquilado y manejado alguno de los Madrileños que seguro tendrían licencia habilitada (yo no)-; o volver en el tren que justo ví cuando andaba por la estacion de trenes del aeropuerto. Les dije a ellos que tenía un plan y me siguieron.
Fuimos al mostrador de Air France y le pedí a la mina que me diera el vuelo más cercano a París. Yo quería el precio, como en la verdulería, quiero saber el precio y después veo que hago. Me daba vueltas, me preguntaba cosas, me preguntó si era menor de 25 años -no analizaría esta pregunta hasta dentro de un rato, quiza crucial fueron esas palabras- y luego me diría el costo. Superior a 600 euros. Bueno no era una opción, ni para mí, ni para los Madrileños (una rama menos del árbol). Como dato curioso agregó que el vuelo ida y vuelta salía 500 euros (estamos todos locos?).
Los Madrileños parecían perdidos y les ofrecí una de mis soluciones. Me acompañaron a las oficinas de TGV, a un colectivo de distancia de donde nos encontrábamos. La que atendía era una francesita meticulosa que hablaba un inglés con acento raro (francés :). Apurándola, le pregunté qué tenía disponible para Madrid. Tenía un tren para dormir en el viaje a 122 euros, salía casi a las 20hs y llegaba a las 9hs y pico del otro día, no me convencía. Volví a consultarle por la disponibilidad de otro medio de transporte y me respondió: 'Leélo de mis labios: no hay otra manera de ir', macanuda. Los Madrileños tomaron esta opción inmediatamente y recibieron las instrucciones, porque era otra estación de la cual saldría el tren para Madrid, Austerlitz. Les dije 'chau, buena suerte' y volví en círculos mientras pensaba. Volví al mostrador y le pregunté si se podía comprar un pasaje y devolverlo (para cubrirme). Se podía pero retendrían un 20% sobre precio del ticket.
Volví para el aeropuerto, vería la posibilidad de cambiar el pasaje para luego devolverlo y de paso, ver si había alguna otra manera de ir en avión. Porque si llegaba al otro día, perdía el bus a Granada; quizá podría cambiarlo -pero no quería ponerle más dificultad a la cosa-. La que atendía fué muy amable, me dío mucha información, por lo visto Iberia también tenía vuelos, me dió los teléfonos. Volví al mostrador de Air France para preguntar, a la que me había atendido, por qué lo de los 25 años? si hubiese sido menor, el precio del vuelo era 125 euros, la diferencia abismal.
Traté de llamar a los números de Iberia que me habían dado, tenía mi celular pero estaba en modo roaming -sería caro- así que busqué un teléfono público, tampoco sabía si los números serían gratuitos en Francia, probé llamar de una. No pasaba nada. De vuelta en el mostrador, preguntando donde podía conseguir las tarjetas para llamar. Fuí al kiosko, 7 euros y tenía mi tarjeta. De vuelta en el teléfono, consulté por los vuelos salía uno en unas horas, pero desde otro aeropuerto del otro lado de París, Orly. El pasaje costaba también 600 euros... pensé en lo de los 25 años y le pregunté si había algo como aquello, había un precio para estudiantes, 124 euros. Pero tendría que certificar tal calidad, no tenía nada y había fallado en esto al intentar entrar al Louvre. Qué difícil!, de todos modos, le pedí el localizador de reserva.
El plan era ir hasta Orly y ver si conseguía el pasaje en avión. Tendría también el ticket de TGV como as bajo la manga, un as bastante caro, pero si me sobraba tiempo podría pasar por Austerlitz y devolverlo -el tipo (yo) realmente no tenía noción alguna de las distancias involucradas-.
Fui para otra terminal del aeropuerto (de nuevo en colectivo), para el mostrador de Iberia, estaba completamente vacío. Según alguien no habría actividad hasta las 17hs. De vuelta al teléfono público, le dije a la que atendió que en el aeropuerto no había nadie -yo quería saber si podia tomar el pasaje en categoría estudiante- me dijo que tenía idea; me arriesgué y compré el pasaje usando el código de reserva que obtuve en la llamada anterior. Tuve que usar la tarjeta. Para el momento tenía dos pasajes para Madrid. Había gastado 7+122+124 euros extra... Antes de irme hice una cola que duró algunas horas para ver si podía cambiar el vuelo que perdí. Fué en vano, era un vuelo perdido sin recambio. Plata y tiempo quemados. A la estación de trenes.
Compré un pasaje abierto para todo el día, para poder cambiar el pasaje de TGV, el ticket París Visite, 17 euros más. Ahora estaba con el tiempo justo, tenía que atravesar todo París para llegar a Orly, y tomar el vuelo que salía a las 17hs. Orly era lejos. Me terminé recorriendo todo París en tren. Estaba mucho más alerta en la combinaciones, tenía el tiempo justo. Un francés me explicó lo de los trenes, hay varios trenes que pasan por el mismo lugar y van a distintos lados, uno tiene que fijarse cual viene en los paneles que andan por el andén.
El tiempo no estaba de mi lado y me pareció perder uno de los trenes. Todavía faltaría un colectivo más de la terminal de trenes de Orly al aeropuerto.
Corrí el último tramo, llegué al mostrador de Iberia y directamente dije: 'perdí el vuelo de las 17hs', porque cuando uno afirma ellos tratan de negar, trató pero no pudo.
Había perdido mi vuelo de emergencia! no era mi día: me desperté tarde, me confundí de tren, perdí el vuelo, perdí un tren, perdí plata, perdí otro vuelo, perdí el día en Madrid... pero tenía mi TGV bajo la manga y las esperanzas de otro vuelo.
Esta vez la fortuna me sonrío y conseguí cambiar el vuelo a las 19hs para Madrid (a las 23hs salía el bus a Granada) me dejaba tiempo para cenar. Todavía no estaba seguro de ser admitido como estudiante, no estaría seguro hasta haber pasado el preembarque al menos. Dí unas vueltas, aproveché la tarjeta de 7 euros para llamar a casa, los créditos se evaporaron a los 50 segundos.
Consulté, por si acaso, había un mostrador o local de TGV en el aeropuerto en el que estaba. Otra vez, con suerte y contradiciendo las palabras de aquella empleada 'macanuda', había una y pude devolver mi boleto; recuperé lo de la devolución, cargado a la tarjeta.
Sólo me quedaba esperar 45 minutos e hice eso. Pasé el preembarque y ya estaba en carrera. Al fin, por una grieta, pude escaparme de París.
Au Revoir París!
(Domingo 10 octubre)
París Tour (Día)
Amanecía en París, yo seguía en Place du Trocadero deseando que el frío llegara a su fin. Es increíble el frío que se sentía. Había una exposcición en la galería de un museo adjunto, Kabuki, sobre actores japoneses (no se salían del tópico oriental).
Como era demasiado temprano, para desayunar en algún lugar debía esperar. Usé uno de los baños a monedas, cuarenta centavos de euro, vienen con una máquina lavamanos.
A esta hora se empieza a llenar de personas que quieren una buena foto de la Torre Eiffel, también el cielo se llena de estelas de aviones. Como nubes que duran horas.
En este momento, a corto plazo, pensaba en subir a la torre -después lo olvidaría- almorzar y luego ver el Arco del Triunfo de día (o al revés). Yendo para la plaza donde está el arco, me encontré con el Museo de Arte Moderno, Palais de Tokyo. Una construcción imponente, pero estaba vacía -sin exposiciones-, sólo servía de resguardo para algunas palomas y gente. Parecía bastante abandonado si lo comparaba con otros edificios.
Era la calle que llegaba al arco, en el medio tenía una plaza suficientemente grande como para alojar un mercado de feria (uno de esos típicos mercados de feria francés). Muy pintoresco, todos eran negocios familiares, y toda la familia colaboraba.
Había de todo -en cuanto a comida- la mayoría eran pescaderías con productos frescos, o con especialidades (spécialité); los mariscos (cangrejos gigantes, langostas, langostinos, gambas) estaban en su mayoría vivos, muy vivos. También había verdulerías, carnicerías, panaderías y rotiserías.
Yo estaba muriéndome de hambre. Al pasar por una panadería me quedé pensando que comprar, y la chica que atendía me ofreció probar un budín de chocolate. El chocolate no me gusta, pero el hambre me hizo sucumbir. Terminé comprándome algunas cositas para el día.
Lo recorrí por completo, pasé por una verdulería y ví una (hortaliza o verdura) rarísima, me llamó mucho la atención porque me recordaba a la construcción de un fractal. Le pedí a la encargada si me dejaba sacar una foto y casi no podían creer lo que oían. Me dió cosa no poder comprarles algo en agradecimiento, porque no sólo me dejaron sacar, sinó que también me explicaron como se le llamaba y como se escribía el nombre.
Encontré una plaza oculta en reconstrucción cerca del área donde se encontraba el mercado. Era un lugar muy interesante para ver o estar, pero bueno, cerrado por la obra. Seguí mi camino.
Ví el Arc de Triomphe de día, estaba superpoblado de turistas, autos y ómnibus que traían más visitas constantemente. Ya no era lo mismo que en la madrugada. Me dí cuenta bien de que lo estaban arreglando el andamio en la parte superior se notaba mucho más.
Los shoppings estaban llenos, me metí en uno para ver los precios, era un Fnac -igual a la cadena que está en Madrid-, tenía los mismos productos de siempre, quizá más variados (más opciones, otros colores) y con precios ligeramente superiores, pero superiores al fin.
Me llamó la atención un GPS bluetooth con el mapa de París, el hecho de saber que lo compraba a un precio superior me llevó a dudar, tampoco tenía muchos euros encima.
Recorrí los Champs-Elysées de día. A la altura del Grand Palais des Beaux-Arts; y del Petit Palais -uno en frente del otro, el último bajo una más intensa reconstrucción-, me desvié para contemplar la maravilla de esa construcción.
Estaba por entrar a la exposición: Images du Monde flottant, pero cuando me enteré de la hora desistí inmediatamente, no podía, lamentablamente. Será para otra ocasión. Tenía el Louvre.
Al salir contemplé nuevamente la belleza del edificio y sus decoraciones.
La vista me llevaba hacia el Hotel des Invalides y el Musée de l'Armée.
Todo en reformas (hasta el sitio web) pero no tan intensas, sólo una minúscula sección estaba cubierta por andamios.
Las galerías del museo eran gratuitas y había una visita especial a la tumba de Napoleón, que era paga. Había leído sobre las múltiples capas de la tumba, notable.
Saqué unas fotos al museo y decidí irme hasta el Café de Flore, lleno de gente. ¿Qué tenía este lugar de especial?: era un café al que iban algunos de personajes de la escena artística, escritores, yo sabía de Albert Camus (L'Etranger).
Tomé un café, mientras contemplaba la variedad de personas que me rodeaban, algunos eran turistas y el resto, la mayoría, parecían locales. Se vé que sigue siendo lo que solía ser, me refiero a que no es únicamente para turistas, sigue funcionando como un café.
Pasé por la iglesia de Saint-Germain y luego por la Place Saint-Michel, la fuente de la plaza tenía el recordatorio a la liberación de la ocupación alemana, a la memoria de los muertos en combate. A esta hora, este punto de encuentro no estaba tan lleno como en la noche anterior, pero ya se empezaba a llenar. Antes del Louvre tenía que pasar por Notre-Dame.
Notre-Dame se encuentra en la Ile de la Cité, una isla en medio del río Sena. Este lugar es sagrado desde los tiempos romanos (hubo un templo a Júpiter). La catedral es una obra sorprendente, es "la" construcción gótica por excelencia (al menos en Francia) y eso se ve fácil. Ya había pasado de noche y es tan impresionante como de día, ocupa casi dos manzanas. Aunque tardaron trescientos años en construirla, llega a tener novecientos de antiguedad.
Muy cerca de la catedral está el Palais de Justice, como empezó a llover en este momento. La Rue de Lutèce estaba cubierta por lluvia y gente con paraguas, salvo alguien, el primitivo que iba parando en los árboles para no mojarse tanto, yo.
Al fin, le tocó al Louvre. Imperdible obviamente. Como ya lo había corroborado varias veces, es inmenso. Prácticamente viene con advertencia: 'Elegí lo que querés ver y vé eso, si te queda tiempo libre, seguí con el recorrido del museo'. Cuando bajé para sacar la entrada, leí que era posible para la gente con menos de 26 años, haber entrado gratis el viernes. Ya era sábado. También leí que era gratis para estudiantes, me agarré la cabeza, no había traido ninguna credencial, libreta o documento "inútil" fuera de Buenos Aires. Pagué por eso. Es bastante diferente al Museo del Prado, principalmente debido a la magnitud del Louvre, me dió la impresión de estar en un laberinto tridimensional de salas y galerías. De todos modos fuí al grano: el retrato de Mona Lisa, La Gioconda.
Alrededor del cuadro habría aproximadamente 6x2 metros de personas empacadas que alzaban cámaras de todo tipo y flasheaban constantemente. Al grito de 'fuego a discreción'.
Un vidrio o filtro de varios centímetros de espesor absorbe la mayoría de la luz proyectada hacia la pintura. Comparado con lo que esperaba ver, debo decir que ligeramente ví, a través del polarizado. Brutal, dicen que estuvieron 3 años para restaurarla. Hace 6 que está permitido sacarle fotos. Ves algunos con camaras descartables sin flash, creyendo que sacan una foto. Ves a los que se vienen preparados con las digitales configuradas para las peores condiciones de luz. Igual se vé, pensé. Pero el filtro defiende, sólo a varios metros del cuadro se puede ver bien, si te acercás, la luz sobre el cuadro empieza a decaer.
El Louvre es un producto de consumo masivo. El tipo que estaba ahí cuidando el cuadro me dijo -después de comentar lo de la restauración y eso (le pregunté si todos los días era así)- 'pero no ven que está amarilla la piel', 'no entienden que hubo que restaurarla', para cerrar un 'bienvenido a Francia' después de mi 'adiós'.
Me puse a recorrer el resto de pinturas italianas, francesa, españolas, esculturas, etc. La otra estrella es la Venus de Milo. Mucho antes de terminar el plan básico, cerraban el museo. Volví para el hotel que me había gustado ayer por la calle Tiquetonne, esa zona estaba con plena actividad. Hoy quería dormir y me tenía que asegurar de encontrar un lugar. Los locales estaban repletos, había desfiles, actuaciones. En este momento, caminaba sólo por inercia.
El hotel que me gustaba no tenía mas lugar 'Complet' dijo la viejita que atendía, macanuda, amable. Si vuelvo reservaré ahí. Le pregunté por donde había otro y me mandó a unas cuadras, fuí y tampoco tenían lugar. Pregunté lo mismo que al primero, fuí a otro, y a otro... Cuando me estaba por resignar a dormir en la Terminal (aeropuerto) encontré uno que tenía lugar. 45 euros, porque tenía ducha.
Pensé en ducharme (aprovechar la inversión) y luego tirarme un rato, con energías renovadas, subiría a la torre Eiffel para cenar y luego sacarle una foto al esqueleto prendido en luces. Pasar por la Bastilla. Ubicar la Gare du Nord para tomarme el tren al aeropuerto.
Al fin pude pensar en descansar.
A la mañana siguiente se terminaba París y volvía para Madrid que la sentía como casa desde donde estaba.
Como era demasiado temprano, para desayunar en algún lugar debía esperar. Usé uno de los baños a monedas, cuarenta centavos de euro, vienen con una máquina lavamanos.
A esta hora se empieza a llenar de personas que quieren una buena foto de la Torre Eiffel, también el cielo se llena de estelas de aviones. Como nubes que duran horas.
En este momento, a corto plazo, pensaba en subir a la torre -después lo olvidaría- almorzar y luego ver el Arco del Triunfo de día (o al revés). Yendo para la plaza donde está el arco, me encontré con el Museo de Arte Moderno, Palais de Tokyo. Una construcción imponente, pero estaba vacía -sin exposiciones-, sólo servía de resguardo para algunas palomas y gente. Parecía bastante abandonado si lo comparaba con otros edificios.
Era la calle que llegaba al arco, en el medio tenía una plaza suficientemente grande como para alojar un mercado de feria (uno de esos típicos mercados de feria francés). Muy pintoresco, todos eran negocios familiares, y toda la familia colaboraba.
Había de todo -en cuanto a comida- la mayoría eran pescaderías con productos frescos, o con especialidades (spécialité); los mariscos (cangrejos gigantes, langostas, langostinos, gambas) estaban en su mayoría vivos, muy vivos. También había verdulerías, carnicerías, panaderías y rotiserías.
Yo estaba muriéndome de hambre. Al pasar por una panadería me quedé pensando que comprar, y la chica que atendía me ofreció probar un budín de chocolate. El chocolate no me gusta, pero el hambre me hizo sucumbir. Terminé comprándome algunas cositas para el día.
Lo recorrí por completo, pasé por una verdulería y ví una (hortaliza o verdura) rarísima, me llamó mucho la atención porque me recordaba a la construcción de un fractal. Le pedí a la encargada si me dejaba sacar una foto y casi no podían creer lo que oían. Me dió cosa no poder comprarles algo en agradecimiento, porque no sólo me dejaron sacar, sinó que también me explicaron como se le llamaba y como se escribía el nombre.
Encontré una plaza oculta en reconstrucción cerca del área donde se encontraba el mercado. Era un lugar muy interesante para ver o estar, pero bueno, cerrado por la obra. Seguí mi camino.
Ví el Arc de Triomphe de día, estaba superpoblado de turistas, autos y ómnibus que traían más visitas constantemente. Ya no era lo mismo que en la madrugada. Me dí cuenta bien de que lo estaban arreglando el andamio en la parte superior se notaba mucho más.
Los shoppings estaban llenos, me metí en uno para ver los precios, era un Fnac -igual a la cadena que está en Madrid-, tenía los mismos productos de siempre, quizá más variados (más opciones, otros colores) y con precios ligeramente superiores, pero superiores al fin.
Me llamó la atención un GPS bluetooth con el mapa de París, el hecho de saber que lo compraba a un precio superior me llevó a dudar, tampoco tenía muchos euros encima.
Recorrí los Champs-Elysées de día. A la altura del Grand Palais des Beaux-Arts; y del Petit Palais -uno en frente del otro, el último bajo una más intensa reconstrucción-, me desvié para contemplar la maravilla de esa construcción.
Estaba por entrar a la exposición: Images du Monde flottant, pero cuando me enteré de la hora desistí inmediatamente, no podía, lamentablamente. Será para otra ocasión. Tenía el Louvre.
Al salir contemplé nuevamente la belleza del edificio y sus decoraciones.
La vista me llevaba hacia el Hotel des Invalides y el Musée de l'Armée.
Todo en reformas (hasta el sitio web) pero no tan intensas, sólo una minúscula sección estaba cubierta por andamios.
Las galerías del museo eran gratuitas y había una visita especial a la tumba de Napoleón, que era paga. Había leído sobre las múltiples capas de la tumba, notable.
Saqué unas fotos al museo y decidí irme hasta el Café de Flore, lleno de gente. ¿Qué tenía este lugar de especial?: era un café al que iban algunos de personajes de la escena artística, escritores, yo sabía de Albert Camus (L'Etranger).
Tomé un café, mientras contemplaba la variedad de personas que me rodeaban, algunos eran turistas y el resto, la mayoría, parecían locales. Se vé que sigue siendo lo que solía ser, me refiero a que no es únicamente para turistas, sigue funcionando como un café.
Pasé por la iglesia de Saint-Germain y luego por la Place Saint-Michel, la fuente de la plaza tenía el recordatorio a la liberación de la ocupación alemana, a la memoria de los muertos en combate. A esta hora, este punto de encuentro no estaba tan lleno como en la noche anterior, pero ya se empezaba a llenar. Antes del Louvre tenía que pasar por Notre-Dame.
Notre-Dame se encuentra en la Ile de la Cité, una isla en medio del río Sena. Este lugar es sagrado desde los tiempos romanos (hubo un templo a Júpiter). La catedral es una obra sorprendente, es "la" construcción gótica por excelencia (al menos en Francia) y eso se ve fácil. Ya había pasado de noche y es tan impresionante como de día, ocupa casi dos manzanas. Aunque tardaron trescientos años en construirla, llega a tener novecientos de antiguedad.
Muy cerca de la catedral está el Palais de Justice, como empezó a llover en este momento. La Rue de Lutèce estaba cubierta por lluvia y gente con paraguas, salvo alguien, el primitivo que iba parando en los árboles para no mojarse tanto, yo.
Al fin, le tocó al Louvre. Imperdible obviamente. Como ya lo había corroborado varias veces, es inmenso. Prácticamente viene con advertencia: 'Elegí lo que querés ver y vé eso, si te queda tiempo libre, seguí con el recorrido del museo'. Cuando bajé para sacar la entrada, leí que era posible para la gente con menos de 26 años, haber entrado gratis el viernes. Ya era sábado. También leí que era gratis para estudiantes, me agarré la cabeza, no había traido ninguna credencial, libreta o documento "inútil" fuera de Buenos Aires. Pagué por eso. Es bastante diferente al Museo del Prado, principalmente debido a la magnitud del Louvre, me dió la impresión de estar en un laberinto tridimensional de salas y galerías. De todos modos fuí al grano: el retrato de Mona Lisa, La Gioconda.
Alrededor del cuadro habría aproximadamente 6x2 metros de personas empacadas que alzaban cámaras de todo tipo y flasheaban constantemente. Al grito de 'fuego a discreción'.
Un vidrio o filtro de varios centímetros de espesor absorbe la mayoría de la luz proyectada hacia la pintura. Comparado con lo que esperaba ver, debo decir que ligeramente ví, a través del polarizado. Brutal, dicen que estuvieron 3 años para restaurarla. Hace 6 que está permitido sacarle fotos. Ves algunos con camaras descartables sin flash, creyendo que sacan una foto. Ves a los que se vienen preparados con las digitales configuradas para las peores condiciones de luz. Igual se vé, pensé. Pero el filtro defiende, sólo a varios metros del cuadro se puede ver bien, si te acercás, la luz sobre el cuadro empieza a decaer.
El Louvre es un producto de consumo masivo. El tipo que estaba ahí cuidando el cuadro me dijo -después de comentar lo de la restauración y eso (le pregunté si todos los días era así)- 'pero no ven que está amarilla la piel', 'no entienden que hubo que restaurarla', para cerrar un 'bienvenido a Francia' después de mi 'adiós'.
Me puse a recorrer el resto de pinturas italianas, francesa, españolas, esculturas, etc. La otra estrella es la Venus de Milo. Mucho antes de terminar el plan básico, cerraban el museo. Volví para el hotel que me había gustado ayer por la calle Tiquetonne, esa zona estaba con plena actividad. Hoy quería dormir y me tenía que asegurar de encontrar un lugar. Los locales estaban repletos, había desfiles, actuaciones. En este momento, caminaba sólo por inercia.
El hotel que me gustaba no tenía mas lugar 'Complet' dijo la viejita que atendía, macanuda, amable. Si vuelvo reservaré ahí. Le pregunté por donde había otro y me mandó a unas cuadras, fuí y tampoco tenían lugar. Pregunté lo mismo que al primero, fuí a otro, y a otro... Cuando me estaba por resignar a dormir en la Terminal (aeropuerto) encontré uno que tenía lugar. 45 euros, porque tenía ducha.
Pensé en ducharme (aprovechar la inversión) y luego tirarme un rato, con energías renovadas, subiría a la torre Eiffel para cenar y luego sacarle una foto al esqueleto prendido en luces. Pasar por la Bastilla. Ubicar la Gare du Nord para tomarme el tren al aeropuerto.
Al fin pude pensar en descansar.
A la mañana siguiente se terminaba París y volvía para Madrid que la sentía como casa desde donde estaba.
París Tour (Noche)
Al llegar, mi objetivo era -vagamente- encontrar un alojamiento económico, tenía una dirección de un hostal para jóvenes muy económico, de la guía que lo saqué se lo calificaba como espartano. No cumplí directamente con mi fin porque había tanto para hacer que me olvidaba intermitentemente. Estaba en la Place Saint Michel, con su famosa Fontaine, es el punto de encuentro más común y está lleno de gente que espera más gente. A unas cuadras esta
Saint Germain, y a unas más La Sorbonne.
Fuí caminando hasta la zona del hotel, cuando crucé el Sena ví la torre Eiffel por primera vez, impresionante, no sabía que tenía un faro arriba. Dos haces opuestos de luz son proyectatos sobre la ciudad, y todo el esqueleto de la torre tiene iluminación en su interior. Al verla me pareció más grande de lo que la imaginaba, sobresale mucho entre los edificios. Si seguís mirando ves la isla en medio del Sena, donde se encuentra Notre-Dame.
Se veía el Louvre, después. Claramente es un palacio y no un museo.
En las orillas del Sena hay muchos restaurants, los menú son muy interesantes. Los precios son más altos que los de Madrid y Barcelona. Se asemejaban a los de la riviera con las mesas y toldos, lástima que el clima estaba muy otoñal.
La mayoría de los restaurants son hotspots de wifi, supongo que es por el sistema de pagos, para cobrarte usan una maquinita inalámbrica que te dejan en la mesa, le insertás la tarjeta y validás con tu pin.
La gente de la calle es muy amable, en medio de la noche podés preguntarle a cualquiera en inglés y te responde con direcciones -si conoce (y si no está ebria/o)-, en los locales esto no se cumple, entienden inglés pero no les gusta usarlo. Me parece bien, el francés es un idioma hablado en varios países no es una cosa tan rara, me parece bien que pretendan que lo sepas. Realmente me hubiese gustado saber francés.
Todos los lugares estaban llenos, y cada tanto veías un grupo de irlandeses recorriendo buscando los bares irlandeses, en varias ocasiones me preguntaron como llegar, recién al segundo día podía responderles con certeza. El bar irlandés más grande era una fiesta que llegaba hasta la calle, la gente sobre las mesas y cantando, todos con algo verde (al menos una bufanda). Lo raro fué para mí que no había muchas mujeres irlandesas. Veía incrédulo a los locales parisinos, generalmente asiáticos, de la generación del 70, una de las cosas que más me sorprendió. Al principio pensé que eran los turistas de China y Japón, pero cuando los escuché charlar en francés, usar sus móviles y meterse en restaurants para cenar con amigos se hizo evidente. Había leído de las olas de migraciones a París en alguna parte. La población de París que yo ví era en parte europea, luego de india, gente de áfrica y la mayoría asiática. Los supermercados chinos, eran supermercados indios en París. La gente que salía de noche tenía toda la plata, los veías en su Porsche saliendo del garage llamando a los otros por el cel.
Me metí en un restaurant cerca de la zona de Saint-Eustache, lleno de lugares para cenar. Como no estaba más en España, tristemente sólo había un plato principal y una entradita. Entonces elegí una ensalada, lasagna de salmón y 500 centímetros cúbicos mousse de chocolate para el postre (a pesar de que no me gusta el chocolate, era deliciosa). El menú es bien mediterráneo, mucha pasta y aves, más parecido a restaurants argentinos que los de España.
Mientras hablaba -o trataba de comunicarme- con el mozo por una dirección, un tipo se dió vuelta, se metió en la conversación y resultó que era de Estados Unidos. Se ve que extrañaba mucho escuchar a alguien en inglés porque pensó que era de un país de habla inglesa por mi acento. Le ví desilusión cuando pronuncié 'Argentina', no le importó igualmente, se detuvo a charlar y me contó lo que había ido a hacer (trabajar en un contrato por dos años, sólo tres días a la semana, con pasajes mensuales ida y vuelta para él y su familia; un empleo de muy buen salario agregó), era un tipo de treinta y pico que ya extrañaba a las dos semanas (me contó de la casa y el campo). Su familia era en parte canadiense y había tenido francés, así que no lo limitaba la barrera del lenguaje, comentó que el acento es muy diferente al de Canadá. Fué él quién me dió las indicaciones precisas para encontrar la dirección del lugar que buscaba, su mapa era muy preciso (hecho en EEUU). Los mapas que yo tenía no tenían la calle directamente, era una especie de pasaje en diagonal en alguna manzana.
Para llegar al lugar que buscaba atravesé una plaza muy bella, cerca de lo que es la Place de la Bourse, Bourse de Paris - Palais Brongniart, una plaza circular que rodea un edicificio circular, la bolsa de comercio. Una plaza con el estilo del siglo XIX, columnas de acero enredadas por plantas florecidas sosteniendo parras, muy espacioso, todo iluminadísimo, no había nadie más que yo.
Al volver a la calle una francesa y dos franceses trataron de quizá pedirme que les sacara una foto, pero no les entendía nada, uno de ellos no estaba sobrio y se reían mucho de él. No intenté hablar en inglés, estaba cansado de hablar. Hubo momentos en que pensaba sólo en inglés, ya me aturdía de usar un idioma distinto por tanto tiempo, y todavía faltaba mucho para que dejara de usarlo. Quizá entendí al norteamericano.
Cerca de algún bar, me crucé con un parisino y su vaso de cerveza en la mano, me habló algo y le atendí, pero ignoraba completamente lo que me decía (esto pasaba siempre que alguien me hablaba en francés, sólo escuchaba blablablabla...), no parecía alcoholizado y volví a intentar entender, esta vez con éxito al escuchar las palabras 'extasí, cocaín'. Ahí me reí, yo estaba recorriendo para buscar el lugar más barato de París y el tipo vió un posible cliente en mí (alagado). Le dije 'no, grazie' y seguí.
Por todos los lugares que pasaba me detenía a mirar, al final cuando llegué al hostal estaba lleno -se llenó con los que venían adelante mío al entrar-, el tipo que atendía me dió indicaciones para ir a otro. La idea de conseguir una habitación compartida no me convenció tampoco, guardé la dirección y tomé otro rumbo.
Así que usé mi última dirección: el Tiquetonne, en la calle del mismo nombre. Cuando fuí para la zona noté que era la que más me gustaba, la calle era sorprendente, hecha con adoquines tipo mármol blanco, nunca había visto algo así. Estaba lleno de negocios de diseño, cerrados por la hora. Llegué a la puerta del lugar que buscaba, pero estaba todo cerrado, toque timbre y esperé para enterarme que estaba completo.
Adinaste si pensaste que pasaría la noche en las calles de París.
Cambio de plan, recorrer todo París, primer dirección: Arco del Triunfo (Arc de Triomphe) -debe estar cerca, pensó el ignorante-. Caminé y caminé, claro estaba del otro lado de París, el plan no existía más porque iba a recorrer todo París antes de llegar al Arco. En el orden que me lo encontré.
Eglise de La Madeleine, una iglesia iluminada en el centro con una cruz, construida en medio de una calle, tipo una construcción griega o romana. Hay varios nombres para las calles en París, encontré Rue, Faubourg, Avenue, Esplanade y las plazas como calles: Place. Me detuve un rato para sacarle una foto y descansar cerca de un café.
Las bocas de acceso al subterráneo en las cercanías de Louvre, están hechas con estilo art nouveau, cuando ves eso comprendés la atención que se le presta a los detalles, hasta que nivel.
Pasé por Louvre de noche, lo había visto desde el otro lado de Sena, la entrada estaba sobre la avenida por la que andaba. Se veía tal cual es, enorme, demasiado grande para un museo. Demasiado para una sola visita, sabría después.
Sobre la vereda hay cada tanto salidas de aire del metro, aire caliente, algunos que duermen en la calle aprovechan esto, las palomas también. Encontré tambien una alcantarilla que desprendía una columna de vapor, todavía me intriga de donde vendría.
Sobre la misma avenida del Louvre, hay muchisimos lugares para salir, bares, fiestas, más para parisinos que para turistas, más para parisinos de plata.
Les Champs-Elysées, siempre con el Arco del Triunfo en el fondo, deben ser unas cuantas cuadras. Nunca las conté y aparte mi mapa se olvidaba de algunas calles.
Al caminar me encontré con las fuentes de agua que había en Barcelona, parece que alguien se copió de alguien...
Place de la Concorde, en el centro un obelisco decorado con motivos egipcios rodeado de cuatro fuentes.
Cada vez que ves algo impresionante, te encontrás al lado cuatro o cinco más para hacer el lugar simétrico, eso pasa con las fuentes de esta plaza.
Pasé por el Grand Palais de noche, el edificio que más me gustaría de todo el viaje, estilo 1900, hecho mitad de acero y mitad concreto, decorado de esculturas excelentes.
Después el último tramo para llegar a la Place Charles de Gaulle-Etoile, y el arco de fondo, estaban restaurándolo así que la parte de arriba estaba apagada.
Es un arco inmenso, volví a pasar al otro día para tomar una foto a la luz del sol.
En España y en Francia muchos monumentos que ví estaban en restauración, es otra cosa que noté, se invierte, se trabaja mucho en mejorar y restaurar. La contra es que hay períodos en se cierran al público.
Ahora lo más cercano relativamente era la Tour Eiffel, accediendo por otro monumento en Trocadéro.
Tomé rumbo para allá, me metí por un barrio, había embajadas y edificios altos. Es fácil encontrarla por el tamaño que tiene.
Al fin llegué, cuando la ví me quedé a comntemplarla mientras amanecía, faltaban horas nada más. Había estado caminando toda la noche y se hizo evidente. Mucha gente estuvo en la madrugada tomando fotos, charlando.
Debajo de la torre se ve el Champs-de-Mars, luego un lago artificial. Había una medialuna azul a veces nublada en el cielo.
Llegué a tomar una foto con la luna y la torre.
Saint Germain, y a unas más La Sorbonne.
Fuí caminando hasta la zona del hotel, cuando crucé el Sena ví la torre Eiffel por primera vez, impresionante, no sabía que tenía un faro arriba. Dos haces opuestos de luz son proyectatos sobre la ciudad, y todo el esqueleto de la torre tiene iluminación en su interior. Al verla me pareció más grande de lo que la imaginaba, sobresale mucho entre los edificios. Si seguís mirando ves la isla en medio del Sena, donde se encuentra Notre-Dame.
Se veía el Louvre, después. Claramente es un palacio y no un museo.
En las orillas del Sena hay muchos restaurants, los menú son muy interesantes. Los precios son más altos que los de Madrid y Barcelona. Se asemejaban a los de la riviera con las mesas y toldos, lástima que el clima estaba muy otoñal.
La mayoría de los restaurants son hotspots de wifi, supongo que es por el sistema de pagos, para cobrarte usan una maquinita inalámbrica que te dejan en la mesa, le insertás la tarjeta y validás con tu pin.
La gente de la calle es muy amable, en medio de la noche podés preguntarle a cualquiera en inglés y te responde con direcciones -si conoce (y si no está ebria/o)-, en los locales esto no se cumple, entienden inglés pero no les gusta usarlo. Me parece bien, el francés es un idioma hablado en varios países no es una cosa tan rara, me parece bien que pretendan que lo sepas. Realmente me hubiese gustado saber francés.
Todos los lugares estaban llenos, y cada tanto veías un grupo de irlandeses recorriendo buscando los bares irlandeses, en varias ocasiones me preguntaron como llegar, recién al segundo día podía responderles con certeza. El bar irlandés más grande era una fiesta que llegaba hasta la calle, la gente sobre las mesas y cantando, todos con algo verde (al menos una bufanda). Lo raro fué para mí que no había muchas mujeres irlandesas. Veía incrédulo a los locales parisinos, generalmente asiáticos, de la generación del 70, una de las cosas que más me sorprendió. Al principio pensé que eran los turistas de China y Japón, pero cuando los escuché charlar en francés, usar sus móviles y meterse en restaurants para cenar con amigos se hizo evidente. Había leído de las olas de migraciones a París en alguna parte. La población de París que yo ví era en parte europea, luego de india, gente de áfrica y la mayoría asiática. Los supermercados chinos, eran supermercados indios en París. La gente que salía de noche tenía toda la plata, los veías en su Porsche saliendo del garage llamando a los otros por el cel.
Me metí en un restaurant cerca de la zona de Saint-Eustache, lleno de lugares para cenar. Como no estaba más en España, tristemente sólo había un plato principal y una entradita. Entonces elegí una ensalada, lasagna de salmón y 500 centímetros cúbicos mousse de chocolate para el postre (a pesar de que no me gusta el chocolate, era deliciosa). El menú es bien mediterráneo, mucha pasta y aves, más parecido a restaurants argentinos que los de España.
Mientras hablaba -o trataba de comunicarme- con el mozo por una dirección, un tipo se dió vuelta, se metió en la conversación y resultó que era de Estados Unidos. Se ve que extrañaba mucho escuchar a alguien en inglés porque pensó que era de un país de habla inglesa por mi acento. Le ví desilusión cuando pronuncié 'Argentina', no le importó igualmente, se detuvo a charlar y me contó lo que había ido a hacer (trabajar en un contrato por dos años, sólo tres días a la semana, con pasajes mensuales ida y vuelta para él y su familia; un empleo de muy buen salario agregó), era un tipo de treinta y pico que ya extrañaba a las dos semanas (me contó de la casa y el campo). Su familia era en parte canadiense y había tenido francés, así que no lo limitaba la barrera del lenguaje, comentó que el acento es muy diferente al de Canadá. Fué él quién me dió las indicaciones precisas para encontrar la dirección del lugar que buscaba, su mapa era muy preciso (hecho en EEUU). Los mapas que yo tenía no tenían la calle directamente, era una especie de pasaje en diagonal en alguna manzana.
Para llegar al lugar que buscaba atravesé una plaza muy bella, cerca de lo que es la Place de la Bourse, Bourse de Paris - Palais Brongniart, una plaza circular que rodea un edicificio circular, la bolsa de comercio. Una plaza con el estilo del siglo XIX, columnas de acero enredadas por plantas florecidas sosteniendo parras, muy espacioso, todo iluminadísimo, no había nadie más que yo.
Al volver a la calle una francesa y dos franceses trataron de quizá pedirme que les sacara una foto, pero no les entendía nada, uno de ellos no estaba sobrio y se reían mucho de él. No intenté hablar en inglés, estaba cansado de hablar. Hubo momentos en que pensaba sólo en inglés, ya me aturdía de usar un idioma distinto por tanto tiempo, y todavía faltaba mucho para que dejara de usarlo. Quizá entendí al norteamericano.
Cerca de algún bar, me crucé con un parisino y su vaso de cerveza en la mano, me habló algo y le atendí, pero ignoraba completamente lo que me decía (esto pasaba siempre que alguien me hablaba en francés, sólo escuchaba blablablabla...), no parecía alcoholizado y volví a intentar entender, esta vez con éxito al escuchar las palabras 'extasí, cocaín'. Ahí me reí, yo estaba recorriendo para buscar el lugar más barato de París y el tipo vió un posible cliente en mí (alagado). Le dije 'no, grazie' y seguí.
Por todos los lugares que pasaba me detenía a mirar, al final cuando llegué al hostal estaba lleno -se llenó con los que venían adelante mío al entrar-, el tipo que atendía me dió indicaciones para ir a otro. La idea de conseguir una habitación compartida no me convenció tampoco, guardé la dirección y tomé otro rumbo.
Así que usé mi última dirección: el Tiquetonne, en la calle del mismo nombre. Cuando fuí para la zona noté que era la que más me gustaba, la calle era sorprendente, hecha con adoquines tipo mármol blanco, nunca había visto algo así. Estaba lleno de negocios de diseño, cerrados por la hora. Llegué a la puerta del lugar que buscaba, pero estaba todo cerrado, toque timbre y esperé para enterarme que estaba completo.
Adinaste si pensaste que pasaría la noche en las calles de París.
Cambio de plan, recorrer todo París, primer dirección: Arco del Triunfo (Arc de Triomphe) -debe estar cerca, pensó el ignorante-. Caminé y caminé, claro estaba del otro lado de París, el plan no existía más porque iba a recorrer todo París antes de llegar al Arco. En el orden que me lo encontré.
Eglise de La Madeleine, una iglesia iluminada en el centro con una cruz, construida en medio de una calle, tipo una construcción griega o romana. Hay varios nombres para las calles en París, encontré Rue, Faubourg, Avenue, Esplanade y las plazas como calles: Place. Me detuve un rato para sacarle una foto y descansar cerca de un café.
Las bocas de acceso al subterráneo en las cercanías de Louvre, están hechas con estilo art nouveau, cuando ves eso comprendés la atención que se le presta a los detalles, hasta que nivel.
Pasé por Louvre de noche, lo había visto desde el otro lado de Sena, la entrada estaba sobre la avenida por la que andaba. Se veía tal cual es, enorme, demasiado grande para un museo. Demasiado para una sola visita, sabría después.
Sobre la vereda hay cada tanto salidas de aire del metro, aire caliente, algunos que duermen en la calle aprovechan esto, las palomas también. Encontré tambien una alcantarilla que desprendía una columna de vapor, todavía me intriga de donde vendría.
Sobre la misma avenida del Louvre, hay muchisimos lugares para salir, bares, fiestas, más para parisinos que para turistas, más para parisinos de plata.
Les Champs-Elysées, siempre con el Arco del Triunfo en el fondo, deben ser unas cuantas cuadras. Nunca las conté y aparte mi mapa se olvidaba de algunas calles.
Al caminar me encontré con las fuentes de agua que había en Barcelona, parece que alguien se copió de alguien...
Place de la Concorde, en el centro un obelisco decorado con motivos egipcios rodeado de cuatro fuentes.
Cada vez que ves algo impresionante, te encontrás al lado cuatro o cinco más para hacer el lugar simétrico, eso pasa con las fuentes de esta plaza.
Pasé por el Grand Palais de noche, el edificio que más me gustaría de todo el viaje, estilo 1900, hecho mitad de acero y mitad concreto, decorado de esculturas excelentes.
Después el último tramo para llegar a la Place Charles de Gaulle-Etoile, y el arco de fondo, estaban restaurándolo así que la parte de arriba estaba apagada.
Es un arco inmenso, volví a pasar al otro día para tomar una foto a la luz del sol.
En España y en Francia muchos monumentos que ví estaban en restauración, es otra cosa que noté, se invierte, se trabaja mucho en mejorar y restaurar. La contra es que hay períodos en se cierran al público.
Ahora lo más cercano relativamente era la Tour Eiffel, accediendo por otro monumento en Trocadéro.
Tomé rumbo para allá, me metí por un barrio, había embajadas y edificios altos. Es fácil encontrarla por el tamaño que tiene.
Al fin llegué, cuando la ví me quedé a comntemplarla mientras amanecía, faltaban horas nada más. Había estado caminando toda la noche y se hizo evidente. Mucha gente estuvo en la madrugada tomando fotos, charlando.
Debajo de la torre se ve el Champs-de-Mars, luego un lago artificial. Había una medialuna azul a veces nublada en el cielo.
Llegué a tomar una foto con la luna y la torre.
Obituario
Hoy terminó eurotrip junto con mi llegada a casa y este mensaje. Invito a las generaciones venideras de eurotrippers a demandar su derecho de viajar y de publicar sus eurotrips. No llegué a cumplir con mi plan de ir a Londres y me olvidé de algunas cosas que tendría que haber traído. Salvo eso, la experiencia fué única, muy -pero muy- interesante, imperdible -y desde ya- costosa. (tampoco tanto)
Agradezco a todos los que me acompañaron, acosensejaron, recomendaron, explicaron, contaron, dieron asilo y me ayudaron como amigos. Realmente ya empiezo a extrañar esa otra vida, temporal, casi ínfima y definitivamente incompleta que tuve en Madrid.
Así que exrañaré mi primer almuerzo. Ahora mismo, allá deben estar pensando a donde van.
Agradezco a todos los que me acompañaron, acosensejaron, recomendaron, explicaron, contaron, dieron asilo y me ayudaron como amigos. Realmente ya empiezo a extrañar esa otra vida, temporal, casi ínfima y definitivamente incompleta que tuve en Madrid.
Así que exrañaré mi primer almuerzo. Ahora mismo, allá deben estar pensando a donde van.
Viaje a París
Estuve unas horas -antes de la salida del vuelo- en el Corte Inglés devolviendo el lector de memoria, no me servía y atendiento a los consejos de muchos, volvió a manos del proveedor. Era tensionante porque se me terminaba (bastante rápido) el tiempo para el preembarque y según recomendaciones de la aerolínea debería estar ahí tres horas antes a la del vuelo. Esto no sucedería más de ahora en adelante.
Al final, a cualquier viaje en avión le tenés sumar seis horas más de preembarque, embarque, desembarque, más lo que te espere de viaje desde el aeropuerto hasta donde realmente querés ir. En esto pensaría mientras viajaba al centro de París.
Llegué con una hora de ventaja al final. Estuve esperando junto con un pasaje completo de AeroMexico que habían tenido 30 minutos de atraso, luego escucharía la voz por el micrófono indicando una nueva espera de 30 minutos para que finalmente, mientras abordaba se oyera la misma voz comentando el retraso indefinido. Mucha gente sin rumbo.
Mientras esperaba leí el libro turístico de París y anoté algunos lugares a los que ya quería ir. Algunos de ellos no serían parte de este viaje. París es bastante grande y más grande para quien no sepa francés. Por suerte, en el Metro de Madrid, aproveché y me compré un bocata (sandwich de pan francés) de jamón (jamón crudo) para apaciguar el apetito voraz -heredado en mi estancia madrileña-.
No entiendo porqué se hace cola para subir al avión (o para subir al colectivo que te lleva al avión). Si todos tenemos asientos numerados a esa altura ¿por qué?. Ojo, algunas personas sí entienden este concepto y siemplemente se sientan para luego relajarse, leer, comer, charlar y/o reflexionar (quizá reflexionan sobre esta misma situación).
Barajas está lleno de pistas o cintas transportadoras horizontales, para que no tengas que caminar, fué gracioso para mí en primeras instancias, porque estoy acostumbrado a que tal comodidad no exista. Luego vería lo mismo en los aeropuertos parisinos y en las últimas instancias me haría falta.
Al subir la escalera disfruté de algo que por mucho tiempo no sentiría, la brisa cálida de aquel verano interminable de Madrid. Qué placentero recuerdo, una tarde deliciosa, ahi dejaba una parte de mí que se quedaba contemplando. Fuí el último en subir por esa razón.
Como siempre en el transcurso del eurotrip, tuve suerte con el asiento, esta vez me tocó el de la puerta de emergencia, o sea, no había asiento delante mío. No era tampoco para tanto, porque el tiempo en el aire era menor a dos horas.
La atención en el vuelo fue espléndida, yo pensaba que no servirían nada y de golpe, trajeron una bandeja con dos croissant, uno de jamón y otro queso, galletitas dulces y saladas, queso untable, manteca. Ofrecían un opcional de vino creo que a un euro, a mi derecha, un acompañante lo precisó. Luego hubo otra ronda de bebidas y café. Con esa bandeja mi anhelo gourmet había desaparecido.
Al despejarse unas nubes ya se veía Francia, diferente a España en el color del cielo apagado. Sospechaba que el clima no sería lo mismo, más adelante confirmaría aquello con mi propia piel. Emocionante ver por primera vez el Sena, el río que atraviesa la ciudad, esta particularidad, realza la diferencia con Madrid, yo esperaba que al ser dos grandes capitales europeas tuvieran grandes similitudes.
El aeropuerto me pareció inmenso, quizá porque en todos los otros (Ezeiza y Barajas) despegué o aterrizé en la noche. Junto con mi 737-200 de Aerolíneas Argentinas aterrizaban un Air China, y un Aer Lingus irlandés en la misma terminal. Al descender por la manga, ya empezaba a sentirme perdido por desconocer el idioma. El ambiente en Charles de Gaulle era bastante frío y poco confortable.
En minutos se llenó todo el lugar con parte de la población de China y estaba yo en medio de todos sobresaliendo, por lo menos no tenia frío. Al rato, apareció el pasaje irlandés totalmente entonado, disfrazados (hasta con barbas falsas) de esos enanitos que cuidan la olla con el oro abajo del arcoiris. Esto y su conducta me llevaron a creer que filtraban alcohol en las toberas de aire acondicionado para la cabina de pasajeros en su avión. El personal francés los despachó inmediatamente. Al rato llegó un pasaje de Japón. Logré pasar la aduana.
El problema con este aeropuerto (y también con el otro de París) es que no tienen acceso o no están conectados ni con la red de subterráneos, ni con la red de trenes. No se porqué esto es así. Pero ponen a tu servicio un transporte colectivo desde el aeropuerto a tales lugares. Así que perdes más tiempo para llegar a donde querés, y luego peligrosamente perdés más tiempo para el preembarque, alguien inteligente se percata de esto -yo no lo haría-.
Abordé el tren a París, no tenía un lugar específico a donde quería ir pero había cuatro o cinco estaciones que pertenecían al centro. Elegí una mas o menos en el medio. En el viaje, unos irlandeses probaron que seguían siendo civilizados inclusive despues de aquella atmósfera etílica. Charlaron conmigo en inglés, no hablé mucho porque moría de frío, tal agonía se prolongaría por toda mi estancia parisina y algunos días en Granada.
Al subir las escaleras y caminar un poco por la estación, salí a la noche, vi las luces de París por primera vez.
Al final, a cualquier viaje en avión le tenés sumar seis horas más de preembarque, embarque, desembarque, más lo que te espere de viaje desde el aeropuerto hasta donde realmente querés ir. En esto pensaría mientras viajaba al centro de París.
Llegué con una hora de ventaja al final. Estuve esperando junto con un pasaje completo de AeroMexico que habían tenido 30 minutos de atraso, luego escucharía la voz por el micrófono indicando una nueva espera de 30 minutos para que finalmente, mientras abordaba se oyera la misma voz comentando el retraso indefinido. Mucha gente sin rumbo.
Mientras esperaba leí el libro turístico de París y anoté algunos lugares a los que ya quería ir. Algunos de ellos no serían parte de este viaje. París es bastante grande y más grande para quien no sepa francés. Por suerte, en el Metro de Madrid, aproveché y me compré un bocata (sandwich de pan francés) de jamón (jamón crudo) para apaciguar el apetito voraz -heredado en mi estancia madrileña-.
No entiendo porqué se hace cola para subir al avión (o para subir al colectivo que te lleva al avión). Si todos tenemos asientos numerados a esa altura ¿por qué?. Ojo, algunas personas sí entienden este concepto y siemplemente se sientan para luego relajarse, leer, comer, charlar y/o reflexionar (quizá reflexionan sobre esta misma situación).
Barajas está lleno de pistas o cintas transportadoras horizontales, para que no tengas que caminar, fué gracioso para mí en primeras instancias, porque estoy acostumbrado a que tal comodidad no exista. Luego vería lo mismo en los aeropuertos parisinos y en las últimas instancias me haría falta.
Al subir la escalera disfruté de algo que por mucho tiempo no sentiría, la brisa cálida de aquel verano interminable de Madrid. Qué placentero recuerdo, una tarde deliciosa, ahi dejaba una parte de mí que se quedaba contemplando. Fuí el último en subir por esa razón.
Como siempre en el transcurso del eurotrip, tuve suerte con el asiento, esta vez me tocó el de la puerta de emergencia, o sea, no había asiento delante mío. No era tampoco para tanto, porque el tiempo en el aire era menor a dos horas.
La atención en el vuelo fue espléndida, yo pensaba que no servirían nada y de golpe, trajeron una bandeja con dos croissant, uno de jamón y otro queso, galletitas dulces y saladas, queso untable, manteca. Ofrecían un opcional de vino creo que a un euro, a mi derecha, un acompañante lo precisó. Luego hubo otra ronda de bebidas y café. Con esa bandeja mi anhelo gourmet había desaparecido.
Al despejarse unas nubes ya se veía Francia, diferente a España en el color del cielo apagado. Sospechaba que el clima no sería lo mismo, más adelante confirmaría aquello con mi propia piel. Emocionante ver por primera vez el Sena, el río que atraviesa la ciudad, esta particularidad, realza la diferencia con Madrid, yo esperaba que al ser dos grandes capitales europeas tuvieran grandes similitudes.
El aeropuerto me pareció inmenso, quizá porque en todos los otros (Ezeiza y Barajas) despegué o aterrizé en la noche. Junto con mi 737-200 de Aerolíneas Argentinas aterrizaban un Air China, y un Aer Lingus irlandés en la misma terminal. Al descender por la manga, ya empezaba a sentirme perdido por desconocer el idioma. El ambiente en Charles de Gaulle era bastante frío y poco confortable.
En minutos se llenó todo el lugar con parte de la población de China y estaba yo en medio de todos sobresaliendo, por lo menos no tenia frío. Al rato, apareció el pasaje irlandés totalmente entonado, disfrazados (hasta con barbas falsas) de esos enanitos que cuidan la olla con el oro abajo del arcoiris. Esto y su conducta me llevaron a creer que filtraban alcohol en las toberas de aire acondicionado para la cabina de pasajeros en su avión. El personal francés los despachó inmediatamente. Al rato llegó un pasaje de Japón. Logré pasar la aduana.
El problema con este aeropuerto (y también con el otro de París) es que no tienen acceso o no están conectados ni con la red de subterráneos, ni con la red de trenes. No se porqué esto es así. Pero ponen a tu servicio un transporte colectivo desde el aeropuerto a tales lugares. Así que perdes más tiempo para llegar a donde querés, y luego peligrosamente perdés más tiempo para el preembarque, alguien inteligente se percata de esto -yo no lo haría-.
Abordé el tren a París, no tenía un lugar específico a donde quería ir pero había cuatro o cinco estaciones que pertenecían al centro. Elegí una mas o menos en el medio. En el viaje, unos irlandeses probaron que seguían siendo civilizados inclusive despues de aquella atmósfera etílica. Charlaron conmigo en inglés, no hablé mucho porque moría de frío, tal agonía se prolongaría por toda mi estancia parisina y algunos días en Granada.
Al subir las escaleras y caminar un poco por la estación, salí a la noche, vi las luces de París por primera vez.
Café de Flore
¡Qué ganas tenía de venir a este lugar! y obviamente no me arrepentí, como para menos. Voy a dedicarle un lugar específico a esta experiencia.
El lugar estaba completo cuando llegué asi que esperé unos minutos hasta encontrar ubicación, de paso, lo recorri con la mirada: tiene el estilo típico del siglo 19, esperaba que la mayoría de la clientela fuese turista, pero también es un sitio frecuentado por locales. La atención es de lo mejor, realmente la atmósfera es muy agradable.
Es el famoso café parisino al que concurrieron en alguna época; el novelista Albert Camus -famoso por L'Etranger- (la razón por la que fuí); el gran filósofo Jean-Paul Sartre; en fin, el lugar favorito de muchos artistas y escritores del siglo 19, como todos lo categorizan.
Tiene dos plantas, la baja y la alta, también se puede aprovechar la terraza, afuera, casi sobre la vereda. Es una esquina muy concurrida y rodeada de comercios. La zona es el 6th Arrondissement, cerca de Saint Germain des Prés (la estación de metro del mismo nombre). Yo fuí de tarde, pero está abierto diariamente desde las 7hs de la mañna hasta la 1:30hs de la madrugada. Según tengo entendido, se hacen lecturas en la planta alta a la tarde, no logré presenciar ninguna.
Se ve de todo en las mesas pero lo común -o lo mejor- para pedir es un café y croissant. El café viene acompañado con un pequeño chocolate, envuelto en un paquete con la marca 'Café de Flore'.
El lugar estaba completo cuando llegué asi que esperé unos minutos hasta encontrar ubicación, de paso, lo recorri con la mirada: tiene el estilo típico del siglo 19, esperaba que la mayoría de la clientela fuese turista, pero también es un sitio frecuentado por locales. La atención es de lo mejor, realmente la atmósfera es muy agradable.
Es el famoso café parisino al que concurrieron en alguna época; el novelista Albert Camus -famoso por L'Etranger- (la razón por la que fuí); el gran filósofo Jean-Paul Sartre; en fin, el lugar favorito de muchos artistas y escritores del siglo 19, como todos lo categorizan.
Tiene dos plantas, la baja y la alta, también se puede aprovechar la terraza, afuera, casi sobre la vereda. Es una esquina muy concurrida y rodeada de comercios. La zona es el 6th Arrondissement, cerca de Saint Germain des Prés (la estación de metro del mismo nombre). Yo fuí de tarde, pero está abierto diariamente desde las 7hs de la mañna hasta la 1:30hs de la madrugada. Según tengo entendido, se hacen lecturas en la planta alta a la tarde, no logré presenciar ninguna.
Se ve de todo en las mesas pero lo común -o lo mejor- para pedir es un café y croissant. El café viene acompañado con un pequeño chocolate, envuelto en un paquete con la marca 'Café de Flore'.
Anteayer llovió en Madrid
La primera vez que veo lluvia sobre la ciudad desde que llegué, a pesar de que fué bastante escada me alcanzó para poder contemplarla.
Rumbo a París
Siguiendo los consejos del sabio maestro y teniendo en cuenta el feriado en Argentina, modifiqué la fecha de retorno a mi patria. El cambio costó 100 dólares.
Para gastar este fin de semana largo he elegido dos destinos: París y Granada. París obviamente tiene aeropuertos internacionales, pero no Granada -ni uno-, por lo tanto, pasaré por Madrid cuando vaya hasta Granada.
El vuelo de Madrid (Barajas) a París (Charle de Gaulle) lo hago por las famosísimas Aerolíneas Argentinas porque es mi empresa favorita -y también es la más barata-. El costo es de 188 euros.
A la vuelta -en Madrid- me tomo un bus de ida a Granada, para dormir y de paso viajar. Saldré de Granada hacia Madrid al día siguiente y aprovecharé para dormir de nuevo. Esto cuesta 28 euros.
El beneficio de volver a Argentina es que ahora tengo 5 horas extra de vida para consumir -las perdí cuando vine-.
Volverán a verme el Martes, espérenme con comida porque ya no tengo más plata definitivamente.
Me compré la guía Michelin de París a 16 euros, la de Granada ya la tengo.
Para gastar este fin de semana largo he elegido dos destinos: París y Granada. París obviamente tiene aeropuertos internacionales, pero no Granada -ni uno-, por lo tanto, pasaré por Madrid cuando vaya hasta Granada.
El vuelo de Madrid (Barajas) a París (Charle de Gaulle) lo hago por las famosísimas Aerolíneas Argentinas porque es mi empresa favorita -y también es la más barata-. El costo es de 188 euros.
A la vuelta -en Madrid- me tomo un bus de ida a Granada, para dormir y de paso viajar. Saldré de Granada hacia Madrid al día siguiente y aprovecharé para dormir de nuevo. Esto cuesta 28 euros.
El beneficio de volver a Argentina es que ahora tengo 5 horas extra de vida para consumir -las perdí cuando vine-.
Volverán a verme el Martes, espérenme con comida porque ya no tengo más plata definitivamente.
Me compré la guía Michelin de París a 16 euros, la de Granada ya la tengo.
Todo es comer
Sí, recopilé todos los platos típicos de Madrid que llegué a degustar. Algunos fueron en la noche otros en el mediodía, pero nunca de casualidad. Los fuí pidiendo a medida que me iba enterando.
Cocido Madrileño, un plato que se sirve los miércoles en el restaurant al cual a veces va la gente con la que trabajé estos días.
El primer plato (como todo menú en Madrid, son dos platos) tiene que ser la sopa (del cocido) que hace la pareja perfecta. No es una comida exquisita, es más es común y muy simple.
Viene con garbanzos, carne, verduras, papas (patatas), zanahoria, chorizo, morcilla y grasa. Parece que se le pone de todo. Me gustó mucho. Y sí, eso blanco semirectangular que se vé es un cacho de grasa.
El Gazpacho es rarísimo. Es una sopa fría a las veces de consomé, bien fría y condimentada como una ensalada.
La pedí en otro de los restaurant de todos los días. La primer cucharada cuando me dí cuenta que realmente estaba fría fue la peor. Ahora me empezó a gustar más. Para el verano.
Por lo que me dijeron, el gazpacho casero está mucho mejor. Tomé junto con el plato tinto de verano.
La especialidad de un restaurant cerca del apart (El Abuelo), Gambas al Ajillo, lo dice en el frente por eso lo sé.
El restaurant es conocido por el vino generoso que hacen. Tienen bastantes platos típicos, pero en general, sólo estan al mediodía.
Este plato que pedí, se sirve hirviendo, con el aceite aún burbujeante. Es muy rico.
El Abuelo es un típico Bar de Tapas, con lo cual a la noche, los platos que hacen no son para alimentarse, sinó para acompañar a las bebidar. Pedí una doble para acompañar.
Callos, es como mondongo, pero mucho mas picante e increíblemente grasoso, también lo sirven hirviendo y también lo pedí en El Abuelo.
No me gustó tanto. Se vé la caña al lado del plato.
Algo loco que ví fue Sopa de Melón.
Cocido Madrileño, un plato que se sirve los miércoles en el restaurant al cual a veces va la gente con la que trabajé estos días.
El primer plato (como todo menú en Madrid, son dos platos) tiene que ser la sopa (del cocido) que hace la pareja perfecta. No es una comida exquisita, es más es común y muy simple.
Viene con garbanzos, carne, verduras, papas (patatas), zanahoria, chorizo, morcilla y grasa. Parece que se le pone de todo. Me gustó mucho. Y sí, eso blanco semirectangular que se vé es un cacho de grasa.
El Gazpacho es rarísimo. Es una sopa fría a las veces de consomé, bien fría y condimentada como una ensalada.
La pedí en otro de los restaurant de todos los días. La primer cucharada cuando me dí cuenta que realmente estaba fría fue la peor. Ahora me empezó a gustar más. Para el verano.
Por lo que me dijeron, el gazpacho casero está mucho mejor. Tomé junto con el plato tinto de verano.
La especialidad de un restaurant cerca del apart (El Abuelo), Gambas al Ajillo, lo dice en el frente por eso lo sé.
El restaurant es conocido por el vino generoso que hacen. Tienen bastantes platos típicos, pero en general, sólo estan al mediodía.
Este plato que pedí, se sirve hirviendo, con el aceite aún burbujeante. Es muy rico.
El Abuelo es un típico Bar de Tapas, con lo cual a la noche, los platos que hacen no son para alimentarse, sinó para acompañar a las bebidar. Pedí una doble para acompañar.
Callos, es como mondongo, pero mucho mas picante e increíblemente grasoso, también lo sirven hirviendo y también lo pedí en El Abuelo.
No me gustó tanto. Se vé la caña al lado del plato.
Algo loco que ví fue Sopa de Melón.
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