Mezzanine: Digitalism

Noche de electrónica en San Francisco. Y primera vez por ahí; es la ciudad más grande que conozco de EEUU hasta ahora, es impresionante, como una ciudad en Europa pero Extra Large, de todo para ver, la mezcla de culturas, la arquitectura, la costa y la playa, estuve tan a gusto en la playa que termine el día ahí. Fuí manejando al mediodía -2 horas al volante- tiene varios "scenic drives", o sea recorridos que son un placer manejando en auto.

Luego, aprovechamos el consejo de un transeúnte para cenar y nuevamente vagar por la ciudad en busca de algún club interesante, preguntando a la gente de la calle nos mandaron a uno de hip-hop. Por suerte, los muchachos del Club 6 (entrada: 5 USD) todavía no abrían (horario de 10pm-2am) y debido a otra casualidad de la vida, unos españoles nos recomendaron Mezzanine (entrada: 15 USD). El nombre alcanzó para elevarlo a candidato nro. 1.

En la cola de Mezzanine nos enteramos que efectivamente era noche de dj. Si y wow. En la lista estaban: Joakim / Kelley B / TK Disko / Shaun Slaughter y lo mejor de la noche, el dúo Digitalism que hicieron volar el lugar. El unico punto en contra era que el vj no existía.

le ticket

Como suele pasarme, me olvidé de llevar la cámara, así que habrá que conformarse con las palabras. Igualmente, tengo que volver, hay demasiado para ver. Hoy me compro una bici para aprovechar las bicisendas.

Alligator Meat

Hoy -como suele suceder cuando uno está de viaje- probé un plato nuevo. Como me comentó un fiel lector, no estoy escribiendo mucho sobre la comida. En realidad, es porque es raro encontrar algo típico de acá que no sea un milkshake; pero voy a tratar de comentar algo del menú.

Un día normal suele comenzar con un "smoothie" (o jugo espeso) -tipo los que compraba en Londres o en Ginebra- de frutilla o frutos del bosque, acompañado por ensalada de frutas al estilo de acá: sin jugo y hecha con tres tipos distintos de melón (claro, amarillo, anaranjado), sandía, ananá, arándanos, frambuesas y frutillas. Los días más arriesgados es "bacon" con salchicha, huevos fritos y pan, bajándolo con jugo de naranja.
También puede ser que un fin de semana empiece con una omelette más "pancakes" con jarabe de maíz o miel. La gente de acá suele tomar una especie de preparación lechosa y espesa caliente tipo nestum (no estoy seguro de que lo sea) aquí le llaman "oatmeal".

Al mediodía el espectro es muchisimo más amplio, aunque a grandes razgos podemos reducirlo a una entrada con pizza, algún plato de carne, pollo, pavo, pescado o marisco asados o al horno, junto con vegetales, arroz, sopas y cosas así.
El estilo de cocina varía entre distintas regiones del mundo, a veces cocina cubana, tailandesa, china, japonesa, mejicana, italiana, india, y otras que no son tan comunes.
Por ejemplo, hoy hubo carne de "alligator"; la traducción al español es aligátor increiblemente, tiene una textura similar al pescado y me pareció muy bueno. Para acompañar siempre hay pan variado, con semillas de todo tipo. Muchas veces encuentro sabores ligeramente picantes y aromas intensos, llegué a pensar que unos fideos tenían "Poett".

Los postres no se quedan atrás, aunque por día son tres o cuatro distintos, cambian diariamente, son cuatro ramas: tipo galletitas caseras, tortas, con frutas y helados. Siempre está disponible la ensalada de frutas y también frutas. He probado algunas tortas muy ricas.

A media tarde -hasta que me volaran la muela del juicio- tomaba cereales con leche y un poco de jugo de naranja. Después de probar ocho o nueve tipos de cereal me decidí por los "raisin brans", o los "honey grahams" en segundo lugar, aún no dí el paso hacia yogurt con cereales. Como en España, también encontré yogur sin sabor.

Puede que si estoy de humor, coma un poco de queso cheddar antes de la cena. La hora de la cena ronda entre las 6 o 7 de la tarde. El menú viene similar al del mediodía quizá más elaborado o más personal. No creo haberme acostumbrado a una cena tan próxima a una merienda que aún no eliminé.

En los muelles de pescadores, hay cangrejo vivo; junto a los cangrejos hay martillos y ollas hirviendo, triste pero sabroso platillo.

Las pocas veces que prendo la televisión necesito comer junto a ella, los comerciales siempre incluyen nuevos platos en comidas rápidas, nuevos snacks, bebidas y todo lo gastronómico. Igualmente, todavía no compré el balde de alitas de pollo para apoyar en el sillón mientras veo tele.

En general, si una de las comidas fué abundante termino salteandome alguna de las otras.

Grindhouse

Recién vuelvo de ver Grindhouse, la segunda película que veo en cines californianos. Después de haberla visto manejé en el Mustang hasta el apartamento, una sensación rarísima. ¡Qué distinto es el efecto cuando uno conoce los lugares y las cosas en carne propia!

Es recomendable, aunque quizá resulte demasiado larga -por ser 2 en 1- si todavía no la vieron aprovechen, tiene algunas escenas bastante graciosas. El cine acá está 10 USD per cápita.

M.C. Escher: Rhythm of Illusion

En el Museo de Arte de San José hubo una muestra muy interesante de algunas litografías e ilustraciones de Maurits Cornelius Escher que justo terminaba hoy. Aproveché para ir a verla.

Manejé hasta San José, por autopista es bastante largo pero se llega bien, lo complicado es encontrar estacionamiento pero se consigue. El centro de San José es bastante compacto y los edificios ya son más altos, esperables en una ciudad más céntrica, en el corazón se veía el anuncio de la expo.

Escher, Relatividad

Estaban la mayoría de los trabajos más conocidos y algunos esbozos de otros grabados. El único que noté faltante fue el autorretrato en el cual artista sostiene una esfera reflejando la habitación. El precio me pareció bastante alto por lo que era la expo, ocho dólares- había una segunda exposición con "Op Art" en general; me atrajo particularmente un cuadro armado con rejillas que causaba una illusión óptica peculiar al moverse en frente.

A la vuelta -como ayer cuando venía de Carmel- volví a pasar por el Centro de Investigación Ames de la Nasa y me pregunté cuando le dedicaré un momento para visitarlo. Hay algunas piedras lunares traídas en alguna de las misiones y algunos cohetes y cosas así.

Avenida Munra

Una parte de mi se queda en California

Así es y esta entrada se habría titulado «El fin de semana trágico», pero no me atrajo el toque dramático.

El problema fue no prestarle atención a un ligero dolor de cabeza, todas las mañanas se repetía, luego a la tarde y el viernes todo el día, cada vez más fuerte. Empecé a tomar «Tylenol Extra Strenght» -calmaba un poco- seguí hasta la noche, ya el dolor era imparable a esta altura.

En la madrugada del sábado -por horas- hice varios intentos fallidos de dormir pero el dolor era uno de los más intensos que he sentido en mi vida y lo peor: aumentaba. Realmente no tenía idea del origen, sufría desde la cabeza hasta el cuello. Alrededor de las cuatro de la madrugada había pasado el umbral de tolerancia máximo, empecé a buscar los papeles de asistencia al viajero, no tenía ningún número de socio.

Recorriendo la habitación desesperadamente me retorcía de angustia, esperando que se hiciera más de día para poder llamar. Una hora después, llamé por teléfono para solicitar atención, la central de llamadas es en Miami, no podía usar mi teléfono para ese número. Me comuniqué con alguien que hizo que me llamaran, una hora más y me dirigieron al hospital. Terriblemente afectado, manejé hasta el hospital solo, por suerte era bastante cerca, no quería molestar a nadie tan temprano.

Llegué al hospital encorvado y agarrándome la cara, estaba seguro que era algo con mis dientes. Cuando me acerco al mostrador, el que atendía me pide rellenar un formulario, uno de los campos era el número de seguridad social, fin del camino. Dolorido igualmente noté el detalle de la pésima traducción al español del formulario, un ejemplo literal; «(El género: masculino / la hembra)», era demasiado.

Le comenté al encargado mi situación y que tenían que llamar a un número para confirmar, a lo que replicó, «nosotros no hacemos ninguna llamada, estamos muy ocupados para hacerlo», obviamente no había nadie ahí y la segunda parte de la frase no tenía mucho sentido. Igualmente, las reglas son las reglas, ¿dónde hay un teléfono?, busqué monedas justo después de preguntar pero el número era gratuito. Cuando llamo el mismo personaje que me había atendido la primera vez me comenta que no tenía obra social... porque había alguien más con mi DNI, nombre y otros datos, pero se llamaba Adrián Rodriguez.

Ya no tenía otra opción, el problema era que tampoco tenía dinero encima, hora de volver a sufrir. Volví al apartamento y llamé para que se hicieran cargo del asunto de la obra social en Argentina. Unas cuantas horas y llamadas después tenía obra social, un nuevo destino: dentista.

Afuera llovía y hacía frío, no había dormido por más de un día. Fuí hasta la dirección pero no encontraba nada. Espere media hora a la intemperie -el frío calmó el dolor- hasta que quien me llevó encontró el lugar. Resulta que la clínica dental estaba justo detrás de otra que estaba cerrada.

Al fin (o no); el frente de la clínica estaba decorado con luces de neón y todas las palabras en chino. Después de presentarme recibí un block con formularios para llenar mientras temblaba por la tortura, lo llené de la manera más desprolija y breve posible. Me dijeron que iba a tener que pagar, no me importaba.

Fué increíble la velocidad para encontrar el problema: muela del juicio infectada, la infección no entraba en la radiografía. Habría que sacarla pero primero necesitaba unos días de antibióticos. Por favor, ¡denme algo ya! Me dieron la receta y salí corriendo para la farmacia más cercana.

En la farmacia al entregar la receta noto que el farmacéutico la analiza demasiado y reflexiona, hasta que me dice que no puede entregarme nada porque esa receta solo aceptaba una medicina por hoja y había dos en una. Las reglas son las reglas, no había problema porque era todo relativamente cerca, pero por Dios, ¿qué más falta?



Farmacia, Clínica, Farmacia, ya era mediodía y estaba entregado, compraría cualquier cóctel y terminaría con esto yo mismo. Al volver a la farmacia, el lugar donde atendían había bajado la cortina, simplemente cerró. Perdido, recorro en círculos y voy hacia la salida (¿a gritar?) y me encuentro con el farmacéutico que traía una bolsita, volvía con comida. Se ve que no se me notaba el dolor, el tipo era macanudo. Las drogas aquí se "preparan" así que tendría dieciocho minutos más para tenerlas y otros cinco de explicación.

Volví y después del calmante dormí todo el día, luego el martes la extracción y después arreglar todos los asuntos administrativos.

Santa Cruz

No parecía muy soleado pero quizá era por el horario, salimos a la mañana para aprovechar el día en la playa. Santa Cruz está relativamente cerca, el viaje practicamente se reduce a cruzar la montaña, el río San Lorenzo (San Lorenzo River sonaba a fútbol) y llegar a la costa del Pacífico.

Surfer

Es una ciudad de surfistas, más de lo que me imaginaba, cualquiera que fuese al agua llevaba su tabla y el traje de neoprene, inclusive viejetes. Los que no, filmaban a los surfistas o tiraban pelotitas de tenis al mar para que el perro las vaya a buscar.

Móvil de viento

Bordeando la playa hay una calle muy pegada a la costa, inclusive parece que una parte de la misma se derrumbó sobre la arena en algún momento. Los negocios se dedican a lo mismo, vender o alquilar tablas y para cuando se cansan del agua, skateboarding es la solución, también hay gente haciendo sandboard.

Aves en el muelle

Hay un muelle de pescadores, con restaurantes del rubro, algunos otros negocios y algo de gente pescando. Me llamaron la atención las focas y leones marinos nadando tan cerca de la gente, algunos tenían números marcados en el lomo -no encontré ninguno con el 10 para la foto- ahí mismo ofrecen tours con avistaje de ballenas. El guarda costa izaba las banderas del país y la de California Republic.

California Republic Bear Flag

La ciudad de Santa Cruz -en particular la Santa Cruz Beach Boardwalk- es sede de uno de los parques de diversiones con la montaña rusa más vieja, según ellos, la sexta. Por 6 tickets de 75 centavos probás la Giant Dipper, confiando en que la construcción haya aguantado bien desde 1924.

Santa Cruz Beach Boardwalk Giant Dipper

Pasando el museo del surf, hay una formación rocosa que llaman Natural Bridge, era como un puente romano, de 3 arcos, ví uno, el resto se debe haber caído hace unos años. Me faltó ver fue el Mystery Spot, descripto como un lugar que desafía las leyes de la física y la gravedad.

Natural Bridge

Cenando descalzo

Hoy es la primera vez que voy a un restaurant y me piden descalzarme para sentarme en la mesa. Debo reconocerlo, fue cómodo, como estar en casa.