
Versalles es un lugar bastante más frío que París centro, no hay edificios altos y el más prominente es el del palacio. Desde la estación de tren es una caminata de cinco minutos.Cuando ví el precio de la entrada me sentí un poco frustrado. Veinte euros para tener libre acceso a las habitaciones, jardines y demás.
Gran parte del palacio está bajo una intensa restauración. Decidí recorrerlo por fuera primero. Impresionante lo vasto y lo prolijo del diseño de los jardines, las fachadas y decorados. Imposible de recorrer por completo a pie, sugerían alquilar el autito (tipo los de campo de golf) por 28 euros la hora o ir en un trencito (ambos merecen los diminutivos)... Opté por recorrer lo que más me llame la atención, hubiese estado mejor con una bici (vélo), pero el alquiler estaba a la mitad del recorrido. En un lago saqué la típica foto de los botes.

Hay una parte de la fachada que parece haber sido interrumpida abrubtamente, me extrañó bastante porque el resto está acabado perfectamente, ¿habrá sido un ligero desliz?.
Buscando a donde ir después y viendo el mapa encontré "Ranelagh" y "Argentine".
De vuelta en París se volvía a percibir esa escencia impecable y apasionante, pasear por París es instantáneamente un placer.

Después de algunas combinaciones entre líneas terminamos en La Defènse, para ver "La Grande Arche", un edificio enorme con forma de portal alineado con el Arco del Triunfo y la pirámide de la "Place de la Concorde". No subí porque el ascensor costaba seis euros y me pareció abusivo. En La Defènse se concentran todos los grandes rascacielos vanguardistas.

Moulin Rouge seguía en la lista, el intrigante cabaret del can can. Me esperaba que de afuera fuese más interesante pero obviamente el show debe estar adentro -al menos el molino gira-. El barrio en el que se encuentra (estación Pigalle) es una zona roja light, llena de sex shops, porno shops, cines, cabarets y bares. Es curioso porque a dos estaciones está "Sacre Coeur" o "Sagrado Corazón", una iglesia que puede ser vista claramente desde cualquier lugar relativamente alto de parís. Ahí nos dirigimos.
La estación Anvers, te deja a unas cuadras del funicular que sube a Sacre Coeur. Esta zona estaba terriblemente llena de gente, jóvenes que de golpe se abrieron para dejar pasar un onmibus con algún/a famoso al que gritaron apasionadamente. Elysee Montmartre se llamaba el local que rodeaban. El tramo en funicular es corto y cuesta lo mismo que el metro, por suerte llevaba mi tarjeta comodín. Entré en la iglesia y se escuchaban (y veían) monjas cantando. Saqué unas fotos y salí para contemplar el paisaje, el lugar está en una superficie elevada que hace de mirador natural.


La noche se volvía fría y terminé en La Bastilla, poco podría sorprenderme después de La Gèode, menos lo haría un pilar con una escultura dorada encima, saqué unas fotos y huí. Ese fué el fin del viaje, al cupón le quedaban unas horas; en la vuelta ví como algunos locales luchaban con los molinetes para colarse.
Qué interesante todos tus recorridos!!!!!!!!!!!!!
ResponderBorrarMe imagino la emoción que habrás sentido! Encontraste algo que diga Quilmes?jajaja.
No entraste a Versalles?? Hay una entrada más económica para ver algunos salones y habitaciones... Es lo que yo vi, y es más que suficiente.
ResponderBorrarYo.
Encontré algo que parecía tener la misma caligrafía.
ResponderBorrar¿La que vos decís es la de las "Grandes habitaciones", que no incluye la "Habitación del rey"?
ResponderBorrarEs muy buno el articulo pero necesita mas títulos
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