Volví a esta catedral famosa y seguí los pasos del jorobado hasta los campanarios e inclusive encima de ellos; como siempre intervino el vértigo. Es una vista excepcional y vale la pena subir esos cientos de escalones espiralados. Son tres etapas.
La primera vista vertiginosa se mezclaba con la piedra esculpida, en la "Galería de las quimeras", saqué la foto típica de París desde Notre-Dame, el "grotesque" contemplando el paisaje parisino.
Más arriba, en el interior del campanario es enteramente de madera, mientras yo luchaba con el miedo, veía a los chicos subir y bajar por todos lados; me causo gracia un cartel de "absolutamente prohibido fumar", la estructura parecía tan inflamable como el aliento de un borracho en su apogeo. Las campanas son enormes: un poco más altas que una persona.
Por último, en la cima, el miedo se enfrentaba al frío; noté el pararayos y el mismo sistema de tira de cobre (?) que lleva la corriente a una descarga "segura", similar a la Iglesia del Duomo en Florencia (Italia), aunque en mejores condiciones. Vale la pena mencionar que en París casi todo está en muy buenas condiciones. Se baja de la misma manera que se sube, por las escaleras hasta marearse. Los peldaños son muy chicos y la escalera caracol marea.
Abajo, en la nave central de la catedral, se estaba celebrando una misa. Una pareja cantaba los salmos dándole más dramatismo al ambiente imponente del interior.
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que lindo es el Sacré Coeur!
ResponderBorrarFuiste al museo de Dalí en Montmartre?
Yo.
Son buenísimas tus fotos!!!!!!!!
ResponderBorrarno se publican los comentarios??
ResponderBorrarYa están publicados los comentarios pendientes de moderación.
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