Increíblemente, después de haber pasado los días más fríos o con mayor probabilidad de nieve en Madrid, inclusive después del sol, hoy hubo nieve. Y en todos lados. Mucha nieve y sol.
Ya con la nieve de Madrid centro me alcanzaba, pero quise más y se me ocurrió ir para el norte, en cualquier tren que vaya para el norte. Primero pensé en San Ildefonso de La Granja: como no lo conocía y dudaba de encontrar el camino terminé eligiendo el lado de El Escorial. Ese lugar tiene mucha pinta de ser helado.
El tren que yo quería no venía y de impaciente me tomé otro que pasó: iba para Segovia. Es más lejos, no sabía si habría nieve; igualmente lo tomé, era el destino.
Cada vez que el tren avanzaba el paisaje se volvía más blanco, la nieve venía de ahí o más bien, yo estaba yendo hacia ella. El manto blanco suave se extendía tapando todo, tendría un espesor de veinte centímetros. Es sorprendente como cambia la imagen, es otro escenario.
El vagón estaba casi vacío, en una estación el tren se detuvo mucho más de lo normal y cuando arrancó volvía para Madrid... Dije "bueno, se acabó el viaje", "me equivoqué de tren" pero estaba retrocediendo, retrocedió un poco y retomó el trayecto. ¿Lo habrá hecho porque necesitaba impulso para romper la nieve densa sobre los rieles? ¿O quizás también se sumaba una pendiente pronunciada?
En una estación en medio de la nada, bajé para ver la nada, la bruma gélida de la montaña no permitía ver a más de tres metros como mucho y lo único que se veía eran árboles tapados de nieve. Esta es la parte más fría del viaje.
No podía creer lo que veía cuando llegué a Segovia, la cantidad de nieve y ciudad que había mezclada, los autos tapados de nieve, los árboles blancos, los techos blancos y la gente tirándose nieve. "La vez anterior que vine estaba en remera..."
Lo primero que hice fue tocar la nieve de ahí, suave como algodón y frágil como espuma; quise hacer una escultura -una cara- pero las manos se me congelaron antes de que se pusiera interesante, tardé en recuperarme a sí que no saqué ni foto. Los más chicos armaban muñecos de nieve, los medianos les tiraban nieve a todo lo que se movía, el furor son los buses.
Por ahora seguía el sol, resplandeciendo en la superficie blanca y un cielo despejado, pero cuando llegué al acueducto romano se largó a nevar, nieve muy fina pero continua, las gotas en la lente desenfocaban y los "copos de nieve" eran tan abundantes que hasta salían en las fotos.
Me empecé a cubrir de nieve y siendo un habitante subtropical inexperto terminé mojándome todo, sintiendo fríos los pies en agua, los copos se colgaban de las pestañas o se metían en los ojos. La cara todavía me arde.
En las laderas hacían patín sentados tenían patines específicos. La otra diversión era hacer cola para comprar churros en los kuiosquitos humeantes. Cuando me fui seguía nevando intensamente. Nunca había visto tanta nieve.
New York, New York
La Estatua de la Libertad.
Siguiendo con la línea de películas, este fué uno de los escenarios de Frenético (con Harrison Ford), que la ví hace muy poco; justo después de haber estado en París. ¡Cómo me hizo acordar esa película!
Es en la Île des Cygnes, está en el medio de un puente (Pont de Grenelle) que atraviesa el Sena. Es una réplica dedicada a la ciudad, tendrá diez metros de alto.
La original -de 49 metros- es obra del escultor Frederic Auguste Bartholdi y la estructura que la sostiene fue diseñada por Gustave Eiffel. Hubiese necesitado una lente especial para sacar esta foto.
Siguiendo con la línea de películas, este fué uno de los escenarios de Frenético (con Harrison Ford), que la ví hace muy poco; justo después de haber estado en París. ¡Cómo me hizo acordar esa película!
Es en la Île des Cygnes, está en el medio de un puente (Pont de Grenelle) que atraviesa el Sena. Es una réplica dedicada a la ciudad, tendrá diez metros de alto.
La original -de 49 metros- es obra del escultor Frederic Auguste Bartholdi y la estructura que la sostiene fue diseñada por Gustave Eiffel. Hubiese necesitado una lente especial para sacar esta foto.
El ataque de los clones
La otra vez me enteré que un escenario de la película Star Wars: Episodio II - Ataque de los Clones fué Sevilla, en la Plaza de España. Obviamente, cuando di a luz mi hallazgo ya era bastante tarde. Rescaté la foto para esta ocasión.
En la película Padmé y Anakin (con R2D2) caminan por la galería de un palacio -ubicado en el pabellón de la plaza- en Theed la capital de Naboo.
En la película Padmé y Anakin (con R2D2) caminan por la galería de un palacio -ubicado en el pabellón de la plaza- en Theed la capital de Naboo.
Aguanieve en Madrid
Salí a comer y por la ventana veo como las gotas se hacen más lentas, hasta casi empezar a flotar. Sobre mi abrigo también se depositaban en su forma helada esas gotitas.
Nevaba en Madrid
Hoy a la mañana hubo nieve en Madrid, a las 8 hs. en Moncloa, en Alcalá de Henares y varios lugares más. En Madrid centro centro no, hacía bastante frío pero la lluvia no se convertía en nieve. Lo que debe ser en la sierra...
Ascención nocturna a la Tour Eiffel
Si se puede, hay que hacerlo: subir a la torre de noche y de día. La noche que fuimos estaba nublado, lo había estado todo el día; dándole una sensación melancólica de falta de color a las vistas de la ciudad.
Por el clima uno supondría que no se vería nada, pero la niebla no era alta, ni densa, y de hecho, le daba un efecto atmosférico a la vista desde arriba. Ya en los primeros pisos se percibía, la neblina rodeaba los pilares de la torre hacíéndola disiparse en la nada. Desde abajo parecía seguir por encima de las nubes.
La ascención fué completamente en elevador; desde la base el segundo piso y luego del segundo hasta el último en otro ascensor. No es para nada vertiginoso: no hace ruidos curiosos, no tambalea, es un viaje tranquilo y suave. Se siente un poco en los oídos la subida.
Arriba la vista es como desde un avión (aunque mucho más amplia), las luces suben en degradé sobre las fachadas, las cuadras/manzanas parecen bancos de oscuridad rodeados. Se pueden ver los monumentos y sitios turísticos iluminados, el Arco del Triunfo, el Louvre, la catedral de Notre-Dame y demás. El alumbrado público se percibe como las luces de un arbolito de Navidad.
También noté algo interesante en la gente, en general, parecía extasiada; la mayoría sonreían, reían, subir les había dado felicidad, satisfacción.
La torre Eiffel tiene 324 metros de alto con la antena incluída, por el número no parece tanto, pero desde arriba se nota más. Aunque tampoco vibraba -quizá el viento no era suficiente- se sentía estable, en otras torres que visité es fácil sentir balanceo con el viento.
Luego el descenso, abajo me hubiese gustado otro chocolate con un crepe pero ya estaba todo cerrado.
Por el clima uno supondría que no se vería nada, pero la niebla no era alta, ni densa, y de hecho, le daba un efecto atmosférico a la vista desde arriba. Ya en los primeros pisos se percibía, la neblina rodeaba los pilares de la torre hacíéndola disiparse en la nada. Desde abajo parecía seguir por encima de las nubes.
La ascención fué completamente en elevador; desde la base el segundo piso y luego del segundo hasta el último en otro ascensor. No es para nada vertiginoso: no hace ruidos curiosos, no tambalea, es un viaje tranquilo y suave. Se siente un poco en los oídos la subida.
Arriba la vista es como desde un avión (aunque mucho más amplia), las luces suben en degradé sobre las fachadas, las cuadras/manzanas parecen bancos de oscuridad rodeados. Se pueden ver los monumentos y sitios turísticos iluminados, el Arco del Triunfo, el Louvre, la catedral de Notre-Dame y demás. El alumbrado público se percibe como las luces de un arbolito de Navidad.
También noté algo interesante en la gente, en general, parecía extasiada; la mayoría sonreían, reían, subir les había dado felicidad, satisfacción.
La torre Eiffel tiene 324 metros de alto con la antena incluída, por el número no parece tanto, pero desde arriba se nota más. Aunque tampoco vibraba -quizá el viento no era suficiente- se sentía estable, en otras torres que visité es fácil sentir balanceo con el viento.
Luego el descenso, abajo me hubiese gustado otro chocolate con un crepe pero ya estaba todo cerrado.
El perfume en Paris
El libro "El perfume" ("Das Parfum", "Perfume") de Patrick Süskind nos cuenta la historia de un personaje único: Jean-Baptiste Grenouille, que nacío en París, en un mercado situado donde antes hubo un cementerio -no voy a entrar en más detalles- es muy interesante y me atrapó al leerlo. Por eso, quise encontrar el lugar.
Después de revisar el libro en inglés (cortesía de Amazon) encontré los detalles que me faltaban, el mercado estaba ubicado en lo que hoy es la "Fontaine des Innocents", situada muy cerca del "Forum des Halles" o la Catedral St-Eustache. Antes se llamaba "Cimintière des Innocents", y era obviamente un cementerio; en el libro dice que está ubicado "entre la rue de la Ferronnerie y la rue aux Fers", la "rue aux Fers" no aparece en el mapa, porque hoy se llama "rue Berger" (me enteraría después).
La fuente tiene su encanto e historia también. Al verla quedé satisfecho de haber encontrado ese lugar al fin.
El cementerio fué migrado a las catacumbas de Montmartre (como dice en el libro) -que hoy también existen- y ese era el lugar que yo creía que buscaba. Igualmente, el más grande de París es "Le cimetère du Père-Lachaise", varios famosos tienen su morada postuma ahí (Molière por ejemplo).
Después de revisar el libro en inglés (cortesía de Amazon) encontré los detalles que me faltaban, el mercado estaba ubicado en lo que hoy es la "Fontaine des Innocents", situada muy cerca del "Forum des Halles" o la Catedral St-Eustache. Antes se llamaba "Cimintière des Innocents", y era obviamente un cementerio; en el libro dice que está ubicado "entre la rue de la Ferronnerie y la rue aux Fers", la "rue aux Fers" no aparece en el mapa, porque hoy se llama "rue Berger" (me enteraría después).
La fuente tiene su encanto e historia también. Al verla quedé satisfecho de haber encontrado ese lugar al fin.
El cementerio fué migrado a las catacumbas de Montmartre (como dice en el libro) -que hoy también existen- y ese era el lugar que yo creía que buscaba. Igualmente, el más grande de París es "Le cimetère du Père-Lachaise", varios famosos tienen su morada postuma ahí (Molière por ejemplo).
De vuelta en Madrid
En Madrid está como en Buenos Aires cuando salí. Estoy en remera. Me encanta Madrid por este clima que tiene. El invierno dura... un mes.
Paris visite
Compré una tarjeta "Paris visite" que permite libre acceso a la red transportes en París. Para aprovecharla recorrí todos los lugares a los que nunca fuí porque era demasiado lejos.
El primer destino fue Versalles, obviamente, donde está el Palacio de Versalles. Practicamente fue la elección de este destino lo que me llevó a adquirir el pase libre. El tren a Versalles es un tren sin aire acondicionado, por lo cual, hubo que elegir un buen lugar para sentarse y para poder ver, aunque parte del viaje se hace por un tunel cerrado. Por el precio, pensé que era más lejos (o el tren era muy rápido).
Versalles es un lugar bastante más frío que París centro, no hay edificios altos y el más prominente es el del palacio. Desde la estación de tren es una caminata de cinco minutos.Cuando ví el precio de la entrada me sentí un poco frustrado. Veinte euros para tener libre acceso a las habitaciones, jardines y demás.
Gran parte del palacio está bajo una intensa restauración. Decidí recorrerlo por fuera primero. Impresionante lo vasto y lo prolijo del diseño de los jardines, las fachadas y decorados. Imposible de recorrer por completo a pie, sugerían alquilar el autito (tipo los de campo de golf) por 28 euros la hora o ir en un trencito (ambos merecen los diminutivos)... Opté por recorrer lo que más me llame la atención, hubiese estado mejor con una bici (vélo), pero el alquiler estaba a la mitad del recorrido. En un lago saqué la típica foto de los botes.
Algunas las fuentes estaban congeladas (?) en la mañana, muchos que pasaban se divertían tirando piedras, estas podían romper el cristal helado o patinar indefinidamente. Lo inmenso del palacio -ya que son varios sitios- me hizo pensar lo complicado de mantener y lo que debe haber costado en el pasado; las arboledas y jardines están recortadas meticulosamente; la pintura de todos los enrejados está reluciente. Definitivamengte, digno de un rey.
Hay una parte de la fachada que parece haber sido interrumpida abrubtamente, me extrañó bastante porque el resto está acabado perfectamente, ¿habrá sido un ligero desliz?.
Buscando a donde ir después y viendo el mapa encontré "Ranelagh" y "Argentine".
De vuelta en París se volvía a percibir esa escencia impecable y apasionante, pasear por París es instantáneamente un placer.
El siguiente destino fué cruzar el Sena (Seine) en metro (Metropolitain). El puente está al aire libre, así que hay unos segundos de paisaje para ver. Es raro, las vías del subte son anchas como una rueda de auto común, los vagones, de hecho, parecen tener ruedas normales. En esa línea en especial había olor a madera quemada. Para que se entienda más, la vía es plana, no es como la de un tren, es ancha y plana, supongo que un auto podría montarse sobre esa vía sin ser modificado.
Después de algunas combinaciones entre líneas terminamos en La Defènse, para ver "La Grande Arche", un edificio enorme con forma de portal alineado con el Arco del Triunfo y la pirámide de la "Place de la Concorde". No subí porque el ascensor costaba seis euros y me pareció abusivo. En La Defènse se concentran todos los grandes rascacielos vanguardistas.
Un almuerzo y seguimos para el Arco del Triunfo que veíamos a lo lejos. La última vez que lo vi estaban reconstruyéndolo pero hoy estaba terminado y sin andamios, resaltaba en el horizonte. Pasé por debajo; atravesarlo completo -a la Napoleón- no está permitido, subirlo sí pero vale ocho euros... así que en definitiva: tampoco se puede hacer.
Moulin Rouge seguía en la lista, el intrigante cabaret del can can. Me esperaba que de afuera fuese más interesante pero obviamente el show debe estar adentro -al menos el molino gira-. El barrio en el que se encuentra (estación Pigalle) es una zona roja light, llena de sex shops, porno shops, cines, cabarets y bares. Es curioso porque a dos estaciones está "Sacre Coeur" o "Sagrado Corazón", una iglesia que puede ser vista claramente desde cualquier lugar relativamente alto de parís. Ahí nos dirigimos.
La estación Anvers, te deja a unas cuadras del funicular que sube a Sacre Coeur. Esta zona estaba terriblemente llena de gente, jóvenes que de golpe se abrieron para dejar pasar un onmibus con algún/a famoso al que gritaron apasionadamente. Elysee Montmartre se llamaba el local que rodeaban. El tramo en funicular es corto y cuesta lo mismo que el metro, por suerte llevaba mi tarjeta comodín. Entré en la iglesia y se escuchaban (y veían) monjas cantando. Saqué unas fotos y salí para contemplar el paisaje, el lugar está en una superficie elevada que hace de mirador natural.
Cuando pensé que se terminaba, recorrí el mapa y encontraba más lugares para ir. Uno al que realmente le debía una visita era la "Ciudad de la Ciencias". La estación estaba desolada (tipo Quisiera ser grande cuando buscan la máquina de Zoltar). La Ciudad de las Ciencias es tambíen un centro de exposiciones y un cine tipo el Planetario de Buenos Aires. En el centro de exposiciones está la "Star Wars Expo", si decís que vas a "La Gèode" te dejan entrar gratis (?), saqué unas fotos. Se pueden escuchar una melodía con R2D2 y conseguir las monedas oficiales de la "Casa de la Moneda" para la expo, una moneda tiene a Darth Vader y la otra a Yoda; no me quedaban monedas... para meter en la máquina.
Lo que seguía era de lo mejor que vería hasta ahora. Una esfera metálica pulida gigante, montada sobre reflectores y rodeada por fuentes. El silencio de la noche rompía por melodía eletrónica (onda tema de Cosmos) y el reflejo del cielo despejado, la luna y estrellas sobre esfera.
La noche se volvía fría y terminé en La Bastilla, poco podría sorprenderme después de La Gèode, menos lo haría un pilar con una escultura dorada encima, saqué unas fotos y huí. Ese fué el fin del viaje, al cupón le quedaban unas horas; en la vuelta ví como algunos locales luchaban con los molinetes para colarse.
El primer destino fue Versalles, obviamente, donde está el Palacio de Versalles. Practicamente fue la elección de este destino lo que me llevó a adquirir el pase libre. El tren a Versalles es un tren sin aire acondicionado, por lo cual, hubo que elegir un buen lugar para sentarse y para poder ver, aunque parte del viaje se hace por un tunel cerrado. Por el precio, pensé que era más lejos (o el tren era muy rápido).
Versalles es un lugar bastante más frío que París centro, no hay edificios altos y el más prominente es el del palacio. Desde la estación de tren es una caminata de cinco minutos.Cuando ví el precio de la entrada me sentí un poco frustrado. Veinte euros para tener libre acceso a las habitaciones, jardines y demás.
Gran parte del palacio está bajo una intensa restauración. Decidí recorrerlo por fuera primero. Impresionante lo vasto y lo prolijo del diseño de los jardines, las fachadas y decorados. Imposible de recorrer por completo a pie, sugerían alquilar el autito (tipo los de campo de golf) por 28 euros la hora o ir en un trencito (ambos merecen los diminutivos)... Opté por recorrer lo que más me llame la atención, hubiese estado mejor con una bici (vélo), pero el alquiler estaba a la mitad del recorrido. En un lago saqué la típica foto de los botes.
Algunas las fuentes estaban congeladas (?) en la mañana, muchos que pasaban se divertían tirando piedras, estas podían romper el cristal helado o patinar indefinidamente. Lo inmenso del palacio -ya que son varios sitios- me hizo pensar lo complicado de mantener y lo que debe haber costado en el pasado; las arboledas y jardines están recortadas meticulosamente; la pintura de todos los enrejados está reluciente. Definitivamengte, digno de un rey.
Hay una parte de la fachada que parece haber sido interrumpida abrubtamente, me extrañó bastante porque el resto está acabado perfectamente, ¿habrá sido un ligero desliz?.
Buscando a donde ir después y viendo el mapa encontré "Ranelagh" y "Argentine".
De vuelta en París se volvía a percibir esa escencia impecable y apasionante, pasear por París es instantáneamente un placer.
El siguiente destino fué cruzar el Sena (Seine) en metro (Metropolitain). El puente está al aire libre, así que hay unos segundos de paisaje para ver. Es raro, las vías del subte son anchas como una rueda de auto común, los vagones, de hecho, parecen tener ruedas normales. En esa línea en especial había olor a madera quemada. Para que se entienda más, la vía es plana, no es como la de un tren, es ancha y plana, supongo que un auto podría montarse sobre esa vía sin ser modificado.
Después de algunas combinaciones entre líneas terminamos en La Defènse, para ver "La Grande Arche", un edificio enorme con forma de portal alineado con el Arco del Triunfo y la pirámide de la "Place de la Concorde". No subí porque el ascensor costaba seis euros y me pareció abusivo. En La Defènse se concentran todos los grandes rascacielos vanguardistas.
Un almuerzo y seguimos para el Arco del Triunfo que veíamos a lo lejos. La última vez que lo vi estaban reconstruyéndolo pero hoy estaba terminado y sin andamios, resaltaba en el horizonte. Pasé por debajo; atravesarlo completo -a la Napoleón- no está permitido, subirlo sí pero vale ocho euros... así que en definitiva: tampoco se puede hacer.
Moulin Rouge seguía en la lista, el intrigante cabaret del can can. Me esperaba que de afuera fuese más interesante pero obviamente el show debe estar adentro -al menos el molino gira-. El barrio en el que se encuentra (estación Pigalle) es una zona roja light, llena de sex shops, porno shops, cines, cabarets y bares. Es curioso porque a dos estaciones está "Sacre Coeur" o "Sagrado Corazón", una iglesia que puede ser vista claramente desde cualquier lugar relativamente alto de parís. Ahí nos dirigimos.
La estación Anvers, te deja a unas cuadras del funicular que sube a Sacre Coeur. Esta zona estaba terriblemente llena de gente, jóvenes que de golpe se abrieron para dejar pasar un onmibus con algún/a famoso al que gritaron apasionadamente. Elysee Montmartre se llamaba el local que rodeaban. El tramo en funicular es corto y cuesta lo mismo que el metro, por suerte llevaba mi tarjeta comodín. Entré en la iglesia y se escuchaban (y veían) monjas cantando. Saqué unas fotos y salí para contemplar el paisaje, el lugar está en una superficie elevada que hace de mirador natural.
Cuando pensé que se terminaba, recorrí el mapa y encontraba más lugares para ir. Uno al que realmente le debía una visita era la "Ciudad de la Ciencias". La estación estaba desolada (tipo Quisiera ser grande cuando buscan la máquina de Zoltar). La Ciudad de las Ciencias es tambíen un centro de exposiciones y un cine tipo el Planetario de Buenos Aires. En el centro de exposiciones está la "Star Wars Expo", si decís que vas a "La Gèode" te dejan entrar gratis (?), saqué unas fotos. Se pueden escuchar una melodía con R2D2 y conseguir las monedas oficiales de la "Casa de la Moneda" para la expo, una moneda tiene a Darth Vader y la otra a Yoda; no me quedaban monedas... para meter en la máquina.
Lo que seguía era de lo mejor que vería hasta ahora. Una esfera metálica pulida gigante, montada sobre reflectores y rodeada por fuentes. El silencio de la noche rompía por melodía eletrónica (onda tema de Cosmos) y el reflejo del cielo despejado, la luna y estrellas sobre esfera.
La noche se volvía fría y terminé en La Bastilla, poco podría sorprenderme después de La Gèode, menos lo haría un pilar con una escultura dorada encima, saqué unas fotos y huí. Ese fué el fin del viaje, al cupón le quedaban unas horas; en la vuelta ví como algunos locales luchaban con los molinetes para colarse.
Las escaleras de Notre-Dame
Volví a esta catedral famosa y seguí los pasos del jorobado hasta los campanarios e inclusive encima de ellos; como siempre intervino el vértigo. Es una vista excepcional y vale la pena subir esos cientos de escalones espiralados. Son tres etapas.
La primera vista vertiginosa se mezclaba con la piedra esculpida, en la "Galería de las quimeras", saqué la foto típica de París desde Notre-Dame, el "grotesque" contemplando el paisaje parisino.
Más arriba, en el interior del campanario es enteramente de madera, mientras yo luchaba con el miedo, veía a los chicos subir y bajar por todos lados; me causo gracia un cartel de "absolutamente prohibido fumar", la estructura parecía tan inflamable como el aliento de un borracho en su apogeo. Las campanas son enormes: un poco más altas que una persona.
Por último, en la cima, el miedo se enfrentaba al frío; noté el pararayos y el mismo sistema de tira de cobre (?) que lleva la corriente a una descarga "segura", similar a la Iglesia del Duomo en Florencia (Italia), aunque en mejores condiciones. Vale la pena mencionar que en París casi todo está en muy buenas condiciones. Se baja de la misma manera que se sube, por las escaleras hasta marearse. Los peldaños son muy chicos y la escalera caracol marea.
Abajo, en la nave central de la catedral, se estaba celebrando una misa. Una pareja cantaba los salmos dándole más dramatismo al ambiente imponente del interior.
La primera vista vertiginosa se mezclaba con la piedra esculpida, en la "Galería de las quimeras", saqué la foto típica de París desde Notre-Dame, el "grotesque" contemplando el paisaje parisino.
Más arriba, en el interior del campanario es enteramente de madera, mientras yo luchaba con el miedo, veía a los chicos subir y bajar por todos lados; me causo gracia un cartel de "absolutamente prohibido fumar", la estructura parecía tan inflamable como el aliento de un borracho en su apogeo. Las campanas son enormes: un poco más altas que una persona.
Por último, en la cima, el miedo se enfrentaba al frío; noté el pararayos y el mismo sistema de tira de cobre (?) que lleva la corriente a una descarga "segura", similar a la Iglesia del Duomo en Florencia (Italia), aunque en mejores condiciones. Vale la pena mencionar que en París casi todo está en muy buenas condiciones. Se baja de la misma manera que se sube, por las escaleras hasta marearse. Los peldaños son muy chicos y la escalera caracol marea.
Abajo, en la nave central de la catedral, se estaba celebrando una misa. Una pareja cantaba los salmos dándole más dramatismo al ambiente imponente del interior.
Mandarinas
Las mandarinas se llaman "clementinen" (?) acá (en París, Francia). Me compré una bolsa y están bárbaras; igualmente, éstas son de España. En las verdulerías, se pueden encontrar tres tipos de manzanas [rojas, verdes y doradas (?)], también es popular el mango y unas frutas que todavía no me fijé lo que son.
Ascención a la Torre Eiffel
Después de ver la torre desde abajo, surgieron las ganas de verla desde adentro, desde arriba.
Para subir a la torre hay cuatro pilares, cada uno tiene elevadores. Aparte de los elevadores hay escaleras. La mala noticia es que los ascensores cuestan mucho más que las escaleras. La buena noticia es que las escaleras sólo llegan al segundo piso de la torre, a la cima se sube sólo por un último tramo en ascensor y la combinación escalera ascensor termina costando la mitad que ascensor completo. Yo pensaba que la torre Petrin en Praga era "poco seria" por tener escaleras solamente.
Vértigo intenso de por medio, (la torre es hueca y el viento se siente casi por completo) llegué hasta la primer planta. Desde ahí se puede ver entre los pilares, la superficie debajo de la torre, el miedo a las alturas atacaba con todo pero al menos la torre permanece muy firme en la primer planta; casi no podía mirar para abajo. Se capta la inmensidad de la torre en su sombra.
El terror aumentó subiendo a la segunda planta, por ahí leí 680 en el número de escalón (es el último que me acuerdo, debe haber más) -están numerados de 10 en 10- y es lo más alto a lo que se llega por la escalera. Tampoco se siente la vibración de la torre, pero aquí me aterrorizé con la explicación de que en la cima, la punta de la torre se dezplaza hasta 10 cm. del eje ideal. De ahí se sube a la cima.
La vista es todo París, nada se interpone.
Para subir a la torre hay cuatro pilares, cada uno tiene elevadores. Aparte de los elevadores hay escaleras. La mala noticia es que los ascensores cuestan mucho más que las escaleras. La buena noticia es que las escaleras sólo llegan al segundo piso de la torre, a la cima se sube sólo por un último tramo en ascensor y la combinación escalera ascensor termina costando la mitad que ascensor completo. Yo pensaba que la torre Petrin en Praga era "poco seria" por tener escaleras solamente.
Vértigo intenso de por medio, (la torre es hueca y el viento se siente casi por completo) llegué hasta la primer planta. Desde ahí se puede ver entre los pilares, la superficie debajo de la torre, el miedo a las alturas atacaba con todo pero al menos la torre permanece muy firme en la primer planta; casi no podía mirar para abajo. Se capta la inmensidad de la torre en su sombra.
El terror aumentó subiendo a la segunda planta, por ahí leí 680 en el número de escalón (es el último que me acuerdo, debe haber más) -están numerados de 10 en 10- y es lo más alto a lo que se llega por la escalera. Tampoco se siente la vibración de la torre, pero aquí me aterrorizé con la explicación de que en la cima, la punta de la torre se dezplaza hasta 10 cm. del eje ideal. De ahí se sube a la cima.
La vista es todo París, nada se interpone.
Paris de noche
Pasé por el Grand Palais y por suerte el Petit Palais estaba arreglado, terminado de restaurar. La vez pasada estaba totalmente oculto por andamios y vallas. Tiene un esplendor digno de un palacio, no se queda atrás con lo de "petit".
Le piquet
Sea Madrid-París ó París-Madrid, éste es un itinerario que siempre me resulta complicado. En esta oportunidad, no fué por mi incompetencia, no señor: fue por una huelga de transporte en París -los parisinos se toman las huelgas en serio parece- todavía ignoro el motivo, la cuestión es que cuando corría por la terminal para llegar al embarque, ojeaba los monitores pero no miraba información sobre mi vuelo (de Easyjet), cuando lo hice -leí "CANCELADO"- sonreí e intenté (pero no pude) imaginar la serie de complicaciones que se avecinaban. Aqui vamos de nuevo, varado como la vez pasada.
Cuando llegué al mostrador, pude ver la cola de gente, sabiendo que la vida de muchas personas se complicaba igual que la mía, sentí una especie de alivio. La cola era para ver si te hacían un reembolso del viaje o te pasaban el vuelo para el otro día; o para dentro de muchos días.
No sabía que hacer: si devolverlo, si pasarlo, ¿dónde dormiría?, ¿qué pasaba con la reserva en parís?, enigmas de la vez pasada, la misma desesperación. Una chica -posiblemente argentina- me dejó abierta una consola con acceso a internet, gratis, así averigué inicialmente lo que podía hacer.
Las opciones eran:
1. Tren hotel de noche, llega a la mañana del otro día. A 130 euros.
2. Vuelo al otro día por nuestra querída Aerolíneas Argentinas, que tenía el mostrador al lado. A 140 euros.
3. Vuelo por vueling.com, una empresa de la que me enteré que existía por la propaganda en el subte (metro). A 120 euros.
4. Quedarse en la terminal hasta el sábado (3 dias) durmiendo...
Quería estar seguro de que la huelga de transporte hubiese pasado, terminé gastando como diez euros entre internet y teléfono para estarlo. Decidí ir en avión por vueling: tenía "miedo" de perder la reserva del hotel si llegaba al otro día. Aparte parecía la opcion más barata. Si compraba por internet me salía 14 euros menos. Así que hice eso, gasté mis últimas monedas para hacer la orden por internet. Ya estaba usando un segundo monedero para hacerlo.
La javascript de la muerte.
Usando la "amistosa" consola de telefónica (hay de esas por todo Barajas) para acceder a internet, llegué hasta el último paso, con el cual compraría los pasajes (de avión por vueling). Ahí me enteré que una javascript apropiada me limitaría el "finalizar"... voy a evitar el "rant" sobre el tema de javascript, formularios y navegación rota. Así de simple, mis moneditas inutilizadas y el pedido por internet paralizado, para siempre.
Usé el viejo e infalible teléfono y así perdí otros euros más en línea de espera. Un céntimo de euro por segundo: unos minutos de espera... Antes de completar la compra, la vendedora (muy amable) me recordó que tenía 30 minutos para llegar a la facturación de esos pasajes recién comprados y esa facturación, quedaba en la T4, la nueva terminal glamorosa del aeropuerto de Barajas, famosa por sus retrasos y complicaciones de acceso. Esto estaba siendo demasiado emocionante.
Corrí desesperadamente desde la T1 a la T2, de donde sale un bus gratuito que conecta con la T4, ese bus funcionó perfecto y en menos de 10 minutos ya estaba dentro de la terminal, la facturación era la primera que se veía. En este momento estaba tan agitado que tosía de nervios. Pero lo había logrado: facturé el equipaje. Pude apreciar los detalles arquitectónicos de la nueva terminal, es linda, simple y luminosa. Tiene un servicio de wi-fi pero no puede accederlo, debe ser pago.
Arriba del avión, ya sentía tranquilidad. Llegó a París, a Charles de Gaulle; el viaje original era hasta el otro aeropuerto, por lo tanto, cualquier reserva de transporte al hotel hubiese sido inútil. Al lado del avión estaba estacionado el de Easyjet. Sentí un ápice de bronca, pero estaba maquinando mi recorrido al hotel. Tomé el Roissybus, un colectivo (cuesta 10 euros) hasta el centro de París (Opera) y como mi suerte sonreía, este bus sólo dejó de funcionar para suspender el viaje a 4 o 5 cuadras del destino final, así que caminé lo que faltaba, bajo la lluvia, con los equipajes y con una sonrisa demencial. Después de vagar hasta encontrar un metro, querer comprar billetes sin monedas que nadie me vendería, saqué la visa como un comodín y obtuve el ticket, estaba cerca.
Entré en el hotel, pagué lo que faltaba y ahora estoy escribiendo esto. Al principio pensé que el hotel tendría internet, pero el tipo del mostrador dijo que no. O sea, lo que dice en hostelworld.com es simplemente una mentira (inclusive está mal la dirección). Estoy parasitando la conexión de algún alma caritativa parisina para decir esto, gracias extraña/o.
Notas al margen
El paro llegaba hasta los trenes con lo cual, concluyo que los parisinos saben como coordinar un paro.
Nunca más llevo tanto equipaje. Regla: es preferible que falte y no que sobre.
Si hubiese tenido mi teléfono móvil, todo esto hubiese sido simple y económico, pero mi SIM está muerto y Movistar no me lo cambia porque: "no tienen tarjetas" (?).
¿Por qué Easyjet no retardó el vuelo, en lugar de cancelarlo y dejar todo el pasaje en banda?
El avión de vueling iba con plazas disponibles...
En medio del vuelo no sirvieron nada, como en Easyjet, pero nos ofrecieron un caramelo.
Aparte una duda de la vida: ¿Qué diablos quiere decir "chachi" en Español?
Cuando llegué al mostrador, pude ver la cola de gente, sabiendo que la vida de muchas personas se complicaba igual que la mía, sentí una especie de alivio. La cola era para ver si te hacían un reembolso del viaje o te pasaban el vuelo para el otro día; o para dentro de muchos días.
No sabía que hacer: si devolverlo, si pasarlo, ¿dónde dormiría?, ¿qué pasaba con la reserva en parís?, enigmas de la vez pasada, la misma desesperación. Una chica -posiblemente argentina- me dejó abierta una consola con acceso a internet, gratis, así averigué inicialmente lo que podía hacer.
Las opciones eran:
1. Tren hotel de noche, llega a la mañana del otro día. A 130 euros.
2. Vuelo al otro día por nuestra querída Aerolíneas Argentinas, que tenía el mostrador al lado. A 140 euros.
3. Vuelo por vueling.com, una empresa de la que me enteré que existía por la propaganda en el subte (metro). A 120 euros.
4. Quedarse en la terminal hasta el sábado (3 dias) durmiendo...
Quería estar seguro de que la huelga de transporte hubiese pasado, terminé gastando como diez euros entre internet y teléfono para estarlo. Decidí ir en avión por vueling: tenía "miedo" de perder la reserva del hotel si llegaba al otro día. Aparte parecía la opcion más barata. Si compraba por internet me salía 14 euros menos. Así que hice eso, gasté mis últimas monedas para hacer la orden por internet. Ya estaba usando un segundo monedero para hacerlo.
La javascript de la muerte.
Usando la "amistosa" consola de telefónica (hay de esas por todo Barajas) para acceder a internet, llegué hasta el último paso, con el cual compraría los pasajes (de avión por vueling). Ahí me enteré que una javascript apropiada me limitaría el "finalizar"... voy a evitar el "rant" sobre el tema de javascript, formularios y navegación rota. Así de simple, mis moneditas inutilizadas y el pedido por internet paralizado, para siempre.
Usé el viejo e infalible teléfono y así perdí otros euros más en línea de espera. Un céntimo de euro por segundo: unos minutos de espera... Antes de completar la compra, la vendedora (muy amable) me recordó que tenía 30 minutos para llegar a la facturación de esos pasajes recién comprados y esa facturación, quedaba en la T4, la nueva terminal glamorosa del aeropuerto de Barajas, famosa por sus retrasos y complicaciones de acceso. Esto estaba siendo demasiado emocionante.
Corrí desesperadamente desde la T1 a la T2, de donde sale un bus gratuito que conecta con la T4, ese bus funcionó perfecto y en menos de 10 minutos ya estaba dentro de la terminal, la facturación era la primera que se veía. En este momento estaba tan agitado que tosía de nervios. Pero lo había logrado: facturé el equipaje. Pude apreciar los detalles arquitectónicos de la nueva terminal, es linda, simple y luminosa. Tiene un servicio de wi-fi pero no puede accederlo, debe ser pago.
Arriba del avión, ya sentía tranquilidad. Llegó a París, a Charles de Gaulle; el viaje original era hasta el otro aeropuerto, por lo tanto, cualquier reserva de transporte al hotel hubiese sido inútil. Al lado del avión estaba estacionado el de Easyjet. Sentí un ápice de bronca, pero estaba maquinando mi recorrido al hotel. Tomé el Roissybus, un colectivo (cuesta 10 euros) hasta el centro de París (Opera) y como mi suerte sonreía, este bus sólo dejó de funcionar para suspender el viaje a 4 o 5 cuadras del destino final, así que caminé lo que faltaba, bajo la lluvia, con los equipajes y con una sonrisa demencial. Después de vagar hasta encontrar un metro, querer comprar billetes sin monedas que nadie me vendería, saqué la visa como un comodín y obtuve el ticket, estaba cerca.
Entré en el hotel, pagué lo que faltaba y ahora estoy escribiendo esto. Al principio pensé que el hotel tendría internet, pero el tipo del mostrador dijo que no. O sea, lo que dice en hostelworld.com es simplemente una mentira (inclusive está mal la dirección). Estoy parasitando la conexión de algún alma caritativa parisina para decir esto, gracias extraña/o.
Notas al margen
El paro llegaba hasta los trenes con lo cual, concluyo que los parisinos saben como coordinar un paro.
Nunca más llevo tanto equipaje. Regla: es preferible que falte y no que sobre.
Si hubiese tenido mi teléfono móvil, todo esto hubiese sido simple y económico, pero mi SIM está muerto y Movistar no me lo cambia porque: "no tienen tarjetas" (?).
¿Por qué Easyjet no retardó el vuelo, en lugar de cancelarlo y dejar todo el pasaje en banda?
El avión de vueling iba con plazas disponibles...
En medio del vuelo no sirvieron nada, como en Easyjet, pero nos ofrecieron un caramelo.
Aparte una duda de la vida: ¿Qué diablos quiere decir "chachi" en Español?
Visita a los museos
Cambiaron muchas cosas. Al menos en el Museo del Prado, había nuevas pinturas y algunas estaban ordenadas de manera diferente, pasillos que antes estaban abiertos; creo que mejoraron el recorrido, lo facilitaron. Como siempre no alcanzó un día para todos los museos. La colección temporal era Madrazo, Fortuny y el otro no me acuerdo.
En el Museo Thyssen, al fin, estaba mi favorito de Dalí. El sueño provocado por el vuelo de una abeja... resultó ser mucho más pequeño de lo que pensaba. Me pregunto: ¿cuánto costará esa pintura? El resto era lo de siempre, aunque había menos cuadros prestados.
Recién en la cuarta vez que visito Madrid, decidí ir al Museo del Palacio Real. Es interesante, con algunos elementos comunes con el de Aranjuez, pero mejor terminado. Algunas habitaciones son muy lujosas. En una de las habitaciones, tienen un juego de violines y violonchelos Stradivarius, la primera vez que veo uno de verdad; no tienen nada de especial, obviamente, a la vista. Decían que una vez al año los usan para interpretar unas piezas.
Como me habían dicho, "si te gustan las armaduras, tenés que visitar la Real Armería del Palacio"... y tenían mucha razón. Es una colección impresionante. Tienen armaduras muy peculiares, decoradas, de colección, armaduras para niños, armaduras samurai, armaduras reales, espadas, escudos, ballestas, mosquetes, hasta una armadura para un perro de caza; debe ser la única, por lo general -según ponían- se usaban protectores acolchonados.
El museo Reina Sofía tiene una nueva sección habilitada, así que hay más lugar para las exhibiciones; el agregado parece un gabinete modernoso de pc, es de acrílico (?) rojo brillante, bordes redondeados y con unas rejillas en negro.
En el Museo Thyssen, al fin, estaba mi favorito de Dalí. El sueño provocado por el vuelo de una abeja... resultó ser mucho más pequeño de lo que pensaba. Me pregunto: ¿cuánto costará esa pintura? El resto era lo de siempre, aunque había menos cuadros prestados.
Recién en la cuarta vez que visito Madrid, decidí ir al Museo del Palacio Real. Es interesante, con algunos elementos comunes con el de Aranjuez, pero mejor terminado. Algunas habitaciones son muy lujosas. En una de las habitaciones, tienen un juego de violines y violonchelos Stradivarius, la primera vez que veo uno de verdad; no tienen nada de especial, obviamente, a la vista. Decían que una vez al año los usan para interpretar unas piezas.
Como me habían dicho, "si te gustan las armaduras, tenés que visitar la Real Armería del Palacio"... y tenían mucha razón. Es una colección impresionante. Tienen armaduras muy peculiares, decoradas, de colección, armaduras para niños, armaduras samurai, armaduras reales, espadas, escudos, ballestas, mosquetes, hasta una armadura para un perro de caza; debe ser la única, por lo general -según ponían- se usaban protectores acolchonados.
El museo Reina Sofía tiene una nueva sección habilitada, así que hay más lugar para las exhibiciones; el agregado parece un gabinete modernoso de pc, es de acrílico (?) rojo brillante, bordes redondeados y con unas rejillas en negro.
Comida
Probé Jamón de Jabugo, el más caro, supera en precio al Jamón Ibérico de Bellota. La verdad estaba muy bueno. "La textura es muy suave, y dulce, ligeramente dulce". Estuve comiendo los típicos almuerzos abundantes de España, con tinto y casera.
Caminatas por Madrid
Me cansé caminando. Hacía ya un año que no lo hacía, esto de pasear a pié todo el día. Perdí la práctica parece, aunque no me acuerdo si antes no era así.
Madrid en frío
Después de un viaje sin inconvenientes (algunas colas por la hora) llegué a Madrid.
Hace frío como la última vez, o sea, no hay nieve. Al menos hoy fué un día soleado, saqué algunas fotos.
Me parece que terminaron de restaurar algunas construcciones, pero como siempre, las obras siguen; ya no me acuerdo "el dicho" de Madrid. Están haciendo modificaciones en Atocha, la estación de trenes.
Detalles
El avión se llamaba Salvador Dalí.
El pasajero que se sentaba a mi derecha escribió Buenos Ayres.
El desayuno venía con Puro Sol así que se extendió el tiempo cítrico.
El hostel esta muy bien ubicado, tiene internet inalámbrica pero hay tanta gente conectada que no se puede acceder.
Hace frío como la última vez, o sea, no hay nieve. Al menos hoy fué un día soleado, saqué algunas fotos.
Me parece que terminaron de restaurar algunas construcciones, pero como siempre, las obras siguen; ya no me acuerdo "el dicho" de Madrid. Están haciendo modificaciones en Atocha, la estación de trenes.
Detalles
El avión se llamaba Salvador Dalí.
El pasajero que se sentaba a mi derecha escribió Buenos Ayres.
El desayuno venía con Puro Sol así que se extendió el tiempo cítrico.
El hostel esta muy bien ubicado, tiene internet inalámbrica pero hay tanta gente conectada que no se puede acceder.
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