Sí, volví a Toledo, siempre es bueno volver -o eso pensaba- aparte el clima es muy bueno allá.
Lo más impresionante fué el paisaje a la vuelta, con uno de los arcoiris más grandes que ví en mi vida.
Como era Semana Santa, el lugar estaba saturado de gente, los típicos turistas de todo el mundo sumados a los turistas locales. Costó encontrar donde almorzar, había que hacer cola para todo.
Entré a nuevos locales de artesanía toledana (espadas y armaduras), en uno el que atendía vió a un cliente potencial en mí. Me mostró una katana y una clásica medieval, la clásica medieval pesaba bastante. Había todo tipo de precios, pero creo que necesitás 150 euros para llevarte una decente. ¿Pasará por el avión?, creo que sí, la hoja tiene garantía de por vida, así que lo único que puede fallarte -si te la llevás en avión- es que el paquete se caiga sobre el Atlántico, como a mí.
Lo bueno: pude probar las toledanas, unas facturas que hacen allá y resultaron bastante ricas, rellenas, el paisaje y recorrer los museos que no había podido ver la vez pasada. Lo malo fué tanta gente en Toledo, esquivar, esperar. Saqué algunas fotos de cosas que no había visto antes, como la Puerta Vieja de Bisagra.
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