Junto con todas las notas para viaje, tuve las recomendaciones que me dieron al llegar. En el hotel conseguí un mapa turístico de Madrid, y decidí salir a caminar y conocer. Empecé con el tour en mañana del Sábado, había un par de personas en la calle, todo en silencio.
Mi primera impresión fué: esto está genial. Los edificios son muy interesantes y están en buenas condiciones -los viejos y los nuevos-, las calles son angostas, hay semáforos con sonido (en Tokio los semáforos pasan melodías), la mayoría de los autos no deben tener un par de años, en Madrid dicen, hay más autos que personas (cada uno en la familia tiene su propio auto). Al hacer unas cuantas cuadras pasé por un lugar donde estaban arreglando o haciendo mantenimiento de unos cables bajo tierra (la ciudad esta hecha sobre cables), luego de varios días me daría cuenta, permamentemente están arreglando distintas cosas en distintos lugares, el cuidado puesto en la ciudad -como un todo- es increíble.
Madrid es un caos en cuanto a las calles, me habían advertido, pero yo encontré los nombres en todas las esquinas que miré. Me hubiese venido bien -de todas maneras- un navegador portátil con el mapa de Madrid para no abrir y cerrar el mapa cada vez a cada rato, cuando necesitaba saber en donde estaba y por donde había ido.
Saqué algunas fotos de los edicicios, iglesias, casas que me llamaban la atención. En un momento pasé por el Museo Arqueológico Nacional, y lo miré desde la mano opuesta. Después de haberme alejado una cuadra, reflexioné y dije 'vamos', entoces volví para el museo y entré. Aquí cumplí con una de las tareas que tenía pendientes: la 'argentiniada'. Al llegar a la entrada, ví un grupo de gente, me junté con este grupo y entré sin preguntar nada, siguiendo el rebaño. Habiendo entrado y habiendo escuchado al guía del grupo me dí cuenta que era un grupo de universitarios expertos filiología? e ingresaban gratuitamente por tal condición... bueno, me hice uno más.
Seguí con el grupo y los guías, dos investigadores avocados únicamente a la investigación de la cultura griega antigua. Recorrieron la parte correspondiente del museo agregando un montón de datos específicos del tema, yo creía que algo de mitología e historia griega sabía. Dios, esta gente sabía demasiado, los nombres, las fechas, los dichos, las costumbres, un montón de detalles. Obviamente no me pude contener y hubo momentos que hablé (dije 'Ciervo'), en otros que casi pregunté... suerte que me acordaba que mi acento me delataría y aguantaba. Fué muy interesante, es increíble lo que se puede llegar a saber sobre el tema.
Cuando terminó la 'clase', todos se despidieron, se quedaron las/os típicas/os que se quedan hablando con el profesor tiempo extra. Ahí recordé, estoy en el museo y entré gratis, y recorrí todo lo que quedaba. Lo más groso que ví fué La Dama de Elche, famosa para los que tienen algo de cultura. También había armas medievales, no armaduras. Cosas de España antigua, joyas, coronas y eso.
Saliendo del museo me encontré con el mediodía. Continué camino hacia la Puerta de Alcalá, está en la Plaza de la Independencia en la que convergen varias calles, desde aquí se alcanza a ver la Fuente de La Cibeles y en una de las esquinas está el Parque del Retiro, donde hay: un estanque, el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez. Yendo para la Plaza de La Cibeles te encontrás con el eficio que me gustó más de todo Madrid, el Palacio de Comunicaciones, según me dijeron fué restaurado hace poco, tiene una arquitectura y decoración impresionantes.
Periódicamente te encontrás con fuentes, hay algunas que son famosas como La Cibeles y hay otras más comunes que también tienen su encanto. Tambien hay bancos para sentarse en las esquinas.
El próximo destino es la Plaza de Sol o Puerta del Sol, es una plaza cortada por varias calles, algunas son peatonales cubiertas de lienzos de colores para dar sombra. Las peatonales estan llenas de gente, en la entrada de una se puede ver un monumento con la representación de la imagen del estandarte del Ayuntamiento de Madrid, un oso que se trepa a un árbol. En este lugar está el kilómetro cero de todas las carreteras de Madrid, son radiales.
La Plaza Mayor, el sol estaba terrible, al entrar por alguna de las puertas que están a los cuatro lados se abre una superficie plana de empedrado de al menos una manzana de superficie. La mayoría de los negocios son restaurants, cada uno se propaga desde sus puertas sobre la plaza cubriendo con mesas y sombrillas blancas. Uno de esos es el Museo del Jamón, me senté un rato y aproveché para probar el jamón famoso. Estaba rico. Me quedé sentado mientras el sol bajaba un poco, mirando la gente pasar. Los próximos destinos serían el Palacio Real, los Jardines de Sabatini y la Catedral de la Almudena.
El Palacio Real es inmenso, y esta prácticamente conectado a la Catedral. Tiene un patio enorme que permanece cerrado por una reja, todo está vacío. Por lo que dicen, cada palacio era utilizado en diferentes temporadas, parece que esta temporada fué muy larga. El palacio es ahora un museo y se puede entrar a visitar. La Catedral de Almudena está muy bien decorada, en su interior me pareció tan interesante como por fuera.
Después de pasar por la zona de Palacio, me fuí para recorrer otro lado, Embajadores, las calles son mas angostas, hay restaurants y tiendas de todo tipo. Paré en un restaurán bastante concurrido sobre una plaza y me pedí una caña con sardinas a la plancha, de aperitivo te traen aceitunas y anchoas. Ya era bastante tarde así que decidí volver, aproveché para recorrer la ciudad una vez más, llegué muerto. Un baño y a dormir.
Acá en Madrid no tenés límites, podés conseguir lo que quieras, eso sí, lo pagás, pero que lo conseguís seguro, podés salir a la calle con tranquilidad de día y de noche. En verano, las noches son muy cálidas y los sábados hay más gente de noche que en el día. Caminar de noche es una de las cosas que más me gustan acá, cada tanto podés entrar en algún bar o pub. Todos están llenos.
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