El fin de semana pasado elegí un combo de rafting en el río Pacuare y el tour del volcán Arenal, un día para cada uno. Lamentablemente ambos implicaban levantarse a antes de las 7 de la mañana y dependían completamente de las condiciones climáticas. Por suerte, el primero compensó con un buen desayuno típico.
Hasta el sábado tenía una idea vaga del rafting, pero mientras viajaba en la camioneta repleta de guías, fui reconociendo la pasión y el concepto de este deporte. Justamente, venían charlando de los últimos accidentes y comentando los detalles sangrientos, inclusive evaluando la reacción de un colega ante una situación de emergencia. Por supuesto, estaban hablando del tramo Upper Pacuare, la parte pro del mismo río.
Llegando al punto donde zarpábamos vino la explicación teórica de cómo había que trabajar para sobrevivir los rápidos, la manera de remar y de rescatar a quien terminara flotando en la corriente. La idea principal era mantener el control y ser eficientes por medio del impulso coordinado de cada integrante, cuatro en nuestro bote.
La primera impresión fue extremadamente agradable, flotar y deslizarse río abajo, cada tanto con algo de agua que salpicaba. Obviamente, tenía que haber algo más y lo hubo, los rápidos son la parte jugosa donde se concentra toda la acción, se necesita responder con mucha fuerza y velocidad, salir del rápido es escuchar la campana del final de un round. De salpicarnos pasamos a hundir la parte delantera del bote y hacer remadas submarinas, pura adrenalina cuando ya sabías lo que venía.
Ah, uno de los guías tiró que el fin de semana próximo estaba contratado para ser el paparazzi de la actriz que tenía el rol de Xena (Lucy Lawless.) En un turno -seguramente bien temprano- que reservó para ella sola.
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