O "La Roca", como les encanta llamarla a los guías. No me imaginaba que estaba tan cerca de la bahía de San Francisco hasta tomar el crucero. Son alrededor de dos kilómetros de distancia.
Lo aislada y única le da un atractivo especial, esta bañada por aguas muy frías y cercada por viendos intensos. Indudablemente, los dueños de la isla son los pájaros, que disfrutan de las corrientes y se zambullen sin cuidado.
El tour es guiado con una presentación histórica hasta la entrada, donde te dan audioguías para deambular dentro de la cárcel a tu albedrío. Hubo un montón de detalles desconocidos para mí; por ejemplo, el status de la población de la cárcel: eran personas grandes, de 40 o 50, les daban equipo para afeitarse, libros, cigarrillos (aunque no fumaran) y todo lo que quisieran comer -todavia está el anuncio del menú- en tres comidas diarias, por regulaciones federales.
Hice la visita nocturna, que supuestamente es más oscura y explican los escapes en la noche. También se puede ver a la vuelta la ciudad de San Francisco iluminada.
Para los que vieron la primer temporada de Prison Break, hay una sorpresa en Alcatraz.
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