Pensar que una vez viajé desde Buenos Aires hasta la Costa Oeste para estar tres días allá solamente, hoy no sé si volvería a hacerlo. La distancia me asombra cada vez más.
En casi todos los viajes trato de estar arruinado. Si, al menos, lo suficiente como para "hibernar" (luego del despegue es ideal) y así soportar menos viaje consciente. No fue el caso esta vez, el horario de salida era demasiado tarde para lograr el estado deplorable que me permite anular el sistema auditivo, olfativo y todo el que tenga que ver con sentir la presión y el balance.
En el aeropuerto: parecía que hasta el Hombre de las Nieves quería escaparse de EEUU por el frío (en verdad, si ví al Sasquatch en la cola). Vuelos retrasados, caos, gente, lágrimas, sudor y gloria. Gloria porque tuve tiempo para un último burrito y quesadilla. Como pocas veces, terminé viajando en un avión probablemente más viejo que yo. Entre todo el barullo repetían que estaba lleno y que no había lugar (no es obvio), bla bla, terminé encontrando mi asiento por suerte.
Pude charlar un buen rato y el viaje se hizo muchísimo más ameno. Entre las conversaciones del viaje rescato:
- Hablar del Kindle, al final pude terminar de leer libro de Blade Runner (Philip K. Dick), no debería haberlo hecho, el final es flojo. Aunque recordar los códigos del generador Penfield fue genial.
- El descubrimiento de las comidas locales estadounidenses, esencialmente identificamos: el apple pie, el jarabe de maple y los pancakes; el café americano, no estoy bien seguro. En algún momento, acepté que -en general- inventaron el desayuno americano (el "kick ass breakfast") ese mismo que para mí es brutal e inspirador.
- Por primera vez, noté que si un estadounidense tiene que poner la ciudadanía debe escribir -formalmente, por así decirlo- "United States American". Y es lógico, de ahí que deciden poner sólo "American"; y es también desde ahí que el resto de América explota en protesta. Recuerdo que de chico les decían "americanos" acá también, la paranoia anti-imperialista no existía parece.
- Enterarme de como puede llegar a ser interesante conocer Buenos Aires para un extranjero. A veces imagino lo irresistible que sería si se pudiera lograr el deseo de mejoramiento de una ciudad europea y no la inversa.
Un interrogante eterno, y viene dado a partir de que nunca hice una entrada sobre Buenos Aires de turista o algo así: descartando todo aquello genérico como "Tango", "La Boca", y "San Telmo", ¿cuáles son los mejores lugares y cosas para conocer acá?, o ¿cuáles son sus lugares secretos para visitar? Uno de los míos es el Parque de la Ciudad.
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Qué buenos poder pobrar los sabores característicos de otras culturas!. Dicen que la miel de maple es buenísima para la salud. Qué sabor tiene?.
ResponderBorrarEn cuanto a nuestro querido Bs.As. te digo que a los turistas pueden estar llevándolos a los museos (que tenemos muchos como en otros países del mundo)y que son parte de nuestra historia y cultura).
También los pueden llevar a una estancia a conocer el campo y disfrutar un día deleitándose con las especialidades culinarias de nuestro país.
El recorrido por las iglesias y monumentos arquitectólnicos es muy interesante también.
En suma, creo que los turistas conocen más de Buenos Aires que muchos de nosotros. SONO IO
Sabías que la miel de maple es única y que la legítima se extrae de los bosques de arce canadienses o de Nueva York? Para extraer la savia de arce (que con eso se hace la miel)se "ordeña al árbol" con tubos y luego se procesa. En la actualidad la miel de maple se hace artificial y los estadounidenses la llaman "miel de poste", porque la verdadera es muy cara para consumir.SONOIO
ResponderBorrarLA historia del aeropuerto... bastante familiar (desafortunadamente jeje)!!
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