Lo más cerca que había estado de Panamá fue en un viaje a Puerto Viejo (Costa Rica), en aquella estadía y por alguna razón decidimos ir a conocer las playas al sur; cada vez se veían mejores costas. El último lugar al que llegamos fue Manzanillo, casi en la frontera.
Uno de mis viajes nunca realizados es a Bocas del Toro en Panamá y dado que terminé yendo a la ciudad Panamá seguirá en dicha lista.
Al salir del aeropuerto, quedé sorprendido por el clima, es muy diferente a lo que esperaba, una calurosa y húmeda bienvenida.
Otra cosa inesperada fue la concentración de edificios altos yendo al centro, obviamente la actividad sísmica es muchísimo menos activa (que en Costa Rica).
Estos edificios en medio de bosques tropicales me parecieron impresionantes. Sumando la iluminación dramática filtrándose entre las nubes de lluvia resultaba una escena perfecta para una película futurista.
En alguna descripción que hice de Panamá, mencioné la isla de Lost con sus bases secretas y una explosión de cemento como la de Las Vegas combinados.
Aunque la estadía sea cortísima, es muy fácil visitar el famoso Canal; las Exclusas de Miraflores (una sección cerca del Pacífico) estará a media hora del centro y basado en lo que presencié, están activas permanentemente. Un crucero atravesó lleno de ovaciones, saludos y aplausos.
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