Al viajar más de una vez a una ciudad parece que se hacen más evidentes las comidas particulares del lugar. No sé si decir típicas; no lo digo.
Esta vez escribo sobre São Paulo, Brasil. Podría decir directamente que la comida es parecida a la de Buenos Aires, por ejemplo una combinación de platos internacionales y algunas costumbres locales, pero hubo algunos casos notables.
El galeto: se genera todo un ecosistema gastronómico alrededor de este plato, los restaurantes especializados o Galeterías; las variedades en la preparación (deshuesado, light), los estilos diferentes (estilo clásico/tradicional versus actual) y también como se presenta, si lo comés con cubiertos o con las manos. El galeto tradicional es pollo trozado, asado y se sirve en plato, junto con un bol con agua (y un toque de lima) para limpiarse las manos convenientemente. Seguro tiene más cosas pero dejamos esos párrafos para las recetas. Yo lo probé en el restaurant Galeto's, muy bueno, recomendable.
La uva: en años de viajes a Brasil no he podido explicarme el porque de la posibilidad del sabor uva. Por qué hay sabor uva allá y -osadamente- en el resto del mundo no? Fanta uva, jugo de uva (posta, no vino), helado de uva, yogur de uva... en fin. En todos lados una opción violeta.
Salgaderia: una familia de comidas hasta hace poco desconocido para mí; lo expresaría como "bocaditos salados". Bolinha/o, Kibe, Pastel, Empada, Esfiha, Pão, Pãozinho, Assado, Risoles, Enroladinho y Coxinha. Son una variedad de empanadas pequeñas, croquetas y panes/panecillos, que pueden venir horneadas/os o fritas/os y/o cubiertas con pan rallado. Fuertemente influenciadas por la comida árabe -me animo a decir- algunas directamente con el nombre de sfija en portugués "esfiha" (es empanada árabe) o el kibe (libanés por ejemplo); vienen rellenas con muchísimas variantes y combinaciones: de papa, de queso, de maíz, de carne, pescado, calabresa, etc.
Pão de queijo: incluído en en género anterior. San Pablo es la Disneylandia del chipá. La primera vez que fui terminé en un hotel demasiado caro, cuyo desayuno por suerte incluía pão de queijo entre los panes normales para servirse; prácticamente desayunaba eso. Y lo mismo en cualquier restaurant, la bandejita de pan viene con unos chipá intercalados. En sí no es una rareza, pero si es novedad la popularidad que tiene. En consecuencia el nivel de calidad del chipá es bastante alto. Siempre se sirve recién sacado del horno.
Y si; la feijoada infaltable, los porotos oscuros, tirando a negro que nunca pueden faltar apenas ingresemos en territorio brasileño. Bien preparada, buenísima.
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