Pasaron en vuelo rasante por encima de mi casa, también del edificio donde se encuentra la empresa en la que suelo trabajar.
A pesar de haber sido anunciado en carteles de la calle y demás, y como suele pasar con la mayoría de las cosas, no tenía idea del suceso. Me resultó algo rarísimo, y la situación fue más extraña: estando de espaldas al ventanal, alguien grita "¡mirá para atrás!" y al girar puedo ver los cinco aviones dirigiéndose de frente hacia mí dejando la estela con la bandera francesa, luego sobrevolando por muy poco, explicando por qué la palabra Mirage.
Lo más notable era la reacción de la gente, emocionados y desesperados por verlos; el paisaje de la urbe plagado de cabezas apuntando hacia el cielo como montañeses inquietos.