¿Extrañaron lo que dejaban atrás?

Imaginé este paisaje vasto y fantástico: infinitas tiras de olas en el mar, meciéndose con la sincronía perfecta de inmensos y majestuosos seres, emergiendo delicadamente para volver a zambullirse una y otra vez., transformando el agua helada en vapor. Completando, al fin, esa imagen del horizonte y el océano que deseaba algo más.

aleta de ballena

La realidad tenía ese regalo guardado, pero con opuestos imposibles: bajo el cielo, un mundo azul profundo de ballenas -quizá- en la plenitud de sus vidas y en los extremos, las costas áridas, a veces desérticas de viento, dunas y rocas.

En el primer contacto con la superficie, dibujaban una 'v' con el impulso de un suspiro, las gotas de agua marina formaban un arcoiris con el sol y la luna. Cada vez que se asomaban, me asombraba pensando como su esencia terrestre se transformó, ¿extrañarán lo que dejaron? Ahora en sus dominios, se mueven libres entre continentes. Solo queda la evidencia -dicen- en un par de misteriosos y minúsculos huesos de vestigio.

mar, ballena, arcoiris, luna

Aunque nunca terminé de leer Dune, no pude evitar ver el parecido de la imagen de los Shai-Hulud de Arrakis con lo que ví en esta visita fugaz a Puerto Pirámides.